Después de Ríos Montt, viene la primavera.
Guatemala es un país que lamentablemente, es conocido por tener algunos de los índices más altos de violencia, por ser uno de los países con mayor desigualdad económica y social o por contar con los mayores porcentajes de analfabetismo en toda Latinoamérica. Sin embargo, Guatemala, también será recordada como el único país que sentenció por genocidio a uno de sus presidentes, quien gobernó durante una las épocas más crueles de la guerra en Guatemala…el general Efraín Ríos Montt.
Hoy, 1 de abril de 2018, el militar y político retirado a quien le esperaba un nuevo juicio por las masacres cometidas durante su mandato, falleció en su casa de habitación. Odiado por muchos, y admirado por otros, Ríos Montt dejó esta vida, rodeado por la tristeza, frustración e impotencia de mucha gente que no recibió la justicia que merecía. También murió rodeado de miedo, miedo de otros militares y ex militares que sabían que, si Ríos Montt llegaba a ser enjuiciado, juzgado y sentenciado, ellos seguirían después y serían enviados a la cárcel.
En estos momentos, viene a mi memoria el poema del revolucionario Ismael Cerna, quien enfrentó con sus versos a otro general, también presidente y tirano en su época: Justo Rufino Barrios. Cerna fue encarcelado por sus proclamas, pero por su calidad poética fue liberado por el mismo presidente a quien tanto odiaba. Cuando Barrios murió en 1881, el joven Cerna, hizo presencia durante su entierro, y apartándose entre la muchedumbre que acompañaba el cuerpo, declamó el último poema que le escribiría al presidente, del cual copio aquí un par de estrofas:
No vengo a tu sepulcro a escarnecerte
no llega mi palabra vengadora
ni a la viuda, ni al huérfano que llora
ni a los fríos despojos de la muerte.
Ya no puedes herir, ni defenderte,
ya tu saña pasó, pasó la hora;
solamente la historia tiene ahora
derecho a condenarte o absolverte.
Para los católicos, hoy, 1 de abril, es el domingo de resurrección. La muerte de Ríos Montt como un civil normal, en la comodidad de su hogar y sin haberle podido encarcelar, podría significar una derrota. Sin embargo, su fallecimiento, puede verse como el resurgimiento de la justicia, como el vuelo un ave que asciende y extiende sus alas en el cielo, sobre todas las aldeas arrasadas, sobre cada comunidad olvidada donde hay sobrevivientes de la guerra. Esa ave de la justicia, vuela en estos momentos sobre Guatemala diciendo: no hay nada tan tirano, tan poderoso ni tan inhumano, que pueda durar toda una eternidad.
Ríos Montt podrá haber sido querido; pero también será recordado por muchos de nosotros como uno de los presidentes que hirió el corazón de Guatemala; más de no de muerte, porque ese corazón tan desangrado, sigue latiendo hasta el día de hoy. Como decía el líder indígena Daniel Pascual en la película 500 años, de Pamela Yates: “Haber condenado a Ríos Montt por genocidio, aún se haya anulado el juicio, significa algo grande para nosotros. En la mente de la gente, de los niños, de todos aquellos que vieron u oyeron el juicio, el será recordado como un genocida”.
Ríos Montt quedará para la historia, como uno de los principales responsables de los crímenes más atroces cometidos en la guerra y como uno de los líderes del ejército que pisoteó las flores de los campos de Guatemala con sus botas de generales, de coroneles, de tenientes, de mayores, de capitanes, de cabos y soldados. Y aunque muchas de esas flores hayan muerto y muchas de las flores sobrevivientes ya no sonrían, quedan aún las semillas, que volverán a cubrir los campos de color. Porque, tal y como decía una amiga mía: “no importa cuánta nieve caiga, cuántos hábitats se destruyan y cuántas personas sean oprimidas, la primavera seguirá llegando, círculo después del círculo, después del círculo”.
Es hora de que llegue de nuevo la primavera.
Nota por: Diana Pastor, editora de la Revista Entremundos.
Créditos de la foto «Ríos Montt y sus abogados», por: Daniel Hernández Salazar.
Créditos de la fotografía «Mujeres Ixiles celebrando la condena por genocidio del Ríos Montt»: Wikimedia Commons.