Retrasos y Dudas: El Esparcimiento de COVID-19 en Italia
Por Fabio Cresto Aleína
Todo comenzó algún tiempo después de mediados de febrero y reconozco que no fue hace mucho tiempo, se siente como si una era geológica hubiera pasado. Recuerdo memes y bromas en las redes sociales, como si nadie pudiera entender cuan serio esto se habría vuelto y cuanto nuestras vidas cambiarían. Incluso recuerdo algunos horribles comentarios racistas hacia turistas chinos inocentes. Y luego, recuerdo el caos que siguió en las siguiente semana, la respuesta inadecuada del gobierno frente a la crisis que no fue capaz de controlar.
Al principio ni siquiera los expertos o los doctores locales fueron capaces de entender el virus y lo interpretaron como una gripe estacional que mataba solo a gente mayor, así que se preocuparon en tranquilizar a la población. Cuando la epidemia empezó en Val Seriana, cerca de Bérgamo al Norte de Italia, las autoridades locales y nacionales subestimaron extremadamente la gravedad de la situación, y tomaron no días, sino semanas para que el gobierno ordenara una cuarentena local. El problema fue el miedo de ralentizar mucho las actividades de una de las principales regiones que dirigían la economía de Italia. Las consecuencias de esta respuesta tardía son sentidas ahora con fuerza, cuando la región de Bergamo es una de las áreas más afectadas en el mundo y el país ha reportado más de 27,000 muertes a la fecha. El mundo vio las imágenes de camiones militares transportando cientos de ataúdes fuera del cementerio de Bergamo, y las imágenes de doctores y enfermeras exhaustas en hospitales luchando con la falta de respiradores, a pesar de que el sistema público de salud italiana era excelente.
En China el gobierno actuó rápidamente, empleando medidas drásticas para contener el primer brote y construyendo nuevos hospitales especiales para tratar a gente infectada. Nada de esto sucedió en el norte de Italia, donde la propagación de la epidemia se dio en hospitales regulares, uno de los peores lugares para que sucediera. Durante las primeras semanas del brote, el alcalde de la ciudad más grande en el área, Milán, lanzó una campaña “Milán no se detiene”, anunciando que bares y tiendas abrirían para mantener el espíritu de los ciudadanos y evitar la expansión del pánico. Alrededor de 20 días después, los primeros casos fueron identificados, el primer ministro Giuseppe Conte propuso una nueva ley para un cierre de emergencia de todo el norte de Italia, básicamente admitiendo el fracaso en la contención del brote en los primeros grupos de la epidemia. Desafortunadamente, las noticias de la nueva ley se filtró a la prensa antes de que fuera efectiva y en pánico, muchos escaparon al sur de Italia, propagando la enfermedad en todo el país. Este evento obligó al gobierno italiano a prohibir todos los viajes innecesarios desde el 10 de marzo. Actualmente, las medidas de contención son aún más estrictas, ya que nadie puede salir de casa, y todos deben buscar y mostrar una carta de permiso especial incluso para las compras de la despensa. La gente está obligada a trabajar desde casa o simplemente dejar de trabajar, excepto una pequeña lista de actividades “esenciales” seleccionadas por el gobierno central.
En Guatemala, el gobierno pudo actuar bastante rápido, pero si no se implementan medidas más drásticas, el país enfrentará un camino más duro que el de Italia, donde hasta ahora, las leyes estrictas que se cumplieron las semanas pasadas están mostrando resultados, como la ralentización de la propagación de la epidemia. ¿Cuándo terminará todo esto y cómo? Probablemente desarrollaremos una vacuna, pero mientras tanto el mundo debe parar, tenemos que detenernos y empezar a pensar en qué pasará después.
Nota del autor: Durante estos días parece que todos son virólogos o epidemiólogos improvisados. Quiero ser completamente honesto. Tengo cero competencias para hablar de pandemias. Soy un científico climático, y es muy difícil para cualquiera reconstruir lo que pasó en Italia las primeras semanas de la epidemia y como todo se salió de control, así que he basado este artículo en un reportaje reciente por Davide Maria de Luca de la revista italiana Il Post y en las entrevistas de Ernesto Burgio (presidente de la Sociedad Italiana de Medicina Ambiental) y Gianfranco Pacino (director del Instituto Nacional de Investigación en Medicina y Salud). Así también, The New York Times mostró una buena línea del tiempo sobre la propagación del contagio en Italia.