Reducen dependencias en mujeres rurales
POR ALAIN MEJÍA
Guatemala es uno de los países que aún enfrenta serios desafíos para abordar las causas estructurales que le mantienen como uno de los más desiguales del mundo con una mayoría de población en situación de pobreza y pobreza extrema, ya que, según el informe de Desarrollo Humano de 2019, Guatemala continúa en los últimos puestos latinoamericanos en la casilla 127 de 187, con un indicador de 0.628. Esto significa que todavía no se tiene un lugar digno para vivir, trabajar y desarrollarse.
De acuerdo con este informe, el problema central en Guatemala, consiste en que la mayoría de la población guatemalteca (especialmente la rural e indígena) está excluida de poder ejercer sus derechos, por tanto, se califica como un país con bajo desarrollo humano, lo que afecta especialmente a la niñez, adolescencia y juventud, mujeres y pueblos indígenas.
Ante la situación que aqueja a estos sectores surgen organizaciones que quieren aportar al desarrollo y empoderamiento, especialmente de mujeres y mujeres rurales, así es como nació la Asociación de Desarrollo Agrícola y Microempresarial (ADAM). Dentro de este contexto, esta asociación tiene ya 25 años de estar apoyando la mejora de las condiciones y medios de vida de las poblaciones vulnerables trabajando principalmente en el altiplano occidental de Guatemala. En este sentido, ADAM atiende a grupos rurales de productores y productoras de pequeña escala debidamente organizados, dando prioridad a las mujeres rurales indígenas por ser las que mayores desventajas poseen para acceder a recursos que les permitan desarrollar actividades productivas propias, debido a que, entre otras limitantes, ellas no tienen mayor acceso a la tierra por no tener títulos de propiedad a su nombre. De acuerdo al Segundo Registro de la Propiedad, el 88% de las tierras está a nombre de hombres y el 12% a nombre de mujeres, por lo que, tres de cada cuatro mujeres cultivan una tierra que no les pertenece, siendo esta una condición que les impide ser sujetas de crédito.
Insumos propios
Con el apoyo de ADAM, los grupos rurales de mujeres indígenas productoras de pequeña escala, han mejorado sus capacidades empresariales para manejar de manera sostenible, un capital de inversión destinado a la compra de insumos para el desarrollo de procesos productivos dentro de las cadenas de valor agroalimentarias, en donde se promueve un enfoque agroecológico y la producción de insumos propios para reducir la dependencia externa.
Estos grupos de mujeres, también están realizando procesos de auto ahorro con sus ingresos propios, lo cual les ha permitido acumular cierto capital colectivo con el que se están otorgando créditos para aumentar su inversión productiva. Así también, las mujeres han fortalecido sus capacidades para poder incidir en la defensa de sus derechos, en este sentido, cada grupo organizado cuentan con una comisión de género y, a su vez, estos grupos están integrando la Red de Mujeres Piedras Preciosas, por medio de la cual ya han concretado alianzas con otras redes u organizaciones de mujeres, que estarán contribuyendo, tanto en la incidencia para las defensa de sus derechos, como en el fortalecimiento de sus capacidades organizativas, productivas y empresariales.
Alain Mejía, Ingeniero Agrónomo, Coordinador de Proyectos de Desarrollo Económico de ADAM.
Tel. 7767-4792; amejia@adam.org.gt