Política sin políticos: Una respuesta local a la epidemia de corrupción en España

— Por Patricia Macías y Richard Brown

En el contexto de dos grandes escándalos de corrupción política durante los últimos diez años, los 62.000 ciudadanos de Collado Villalba, a las afueras de Madrid, están a punto de votar este domingo en las elecciones municipales de 2015. Uno de estos escándalos endeudó a la ciudad por décadas y el otro dejo la imagen del ex alcalde dejando su cargo en esposas escoltado por la policía. Todo esto sucedió bajo el gobierno de los dos partidos más grandes del país, el PSOE, Partido Socialista Obrero Español y el PP, Partido Popular.

Ilustración de una asamblea popular en el pasado en Collado Villalba, Madrid, España.

El clima general de crispación e indignación con la clase política, provocado por acciones como estas, ha traído consigo el florecimiento de nuevos partidos políticos. En Collado Villalba son diez partidos los que luchan por el ayuntamiento, aunque los afiches, colores y caras de PP y PSOE son los predominantes. De estos diez, uno de ellos bajo el nombre de Futura ofrece una respuesta sistemática al problema sistemático de la corrupción. Corrupción destapada a nivel nacional como consecuencia de la crisis económica y que ha involucrado a políticos de toda condición. La solución que ofrecen partidos como Futura es la democracia líquida, una forma de tomar decisiones colectivas que es cada vez más popular entre los movimientos democráticos vanguardistas y activistas de Europa, EE.UU. y otros lados del mundo, como el 15-M o Occupy Wall Street.

La democracia líquida se refiere a un sistema en el que los concejales elegidos como representantes solo son los encargados de transmitir las decisiones que el electorado tome respecto a medidas concretas. Además los concejales solo proponen propuestas formuladas por dicho electorado. En el pasado, la torpeza y lentitud del sistema fueron las razones de apoyo a la democracia representativa, en la que el electorado solo elige representantes a quienes cede el derecho de tomar decisiones y hacer propuestas por ellos. Pero ahora, en este nuevo mundo de mayor conectividad tecnológica, estos argumentos que sustentaban a la democracia representativa dejan de tener validez.

Ares de Ubadis, uno de los miembros de Futura, diseñó una aplicación para ordenadores y móviles que, combinada con una página web y mesas físicas en sitios populares y de fácil acceso en Villalba, podría ser la plataforma que permitiría poner en práctica la democracia líquida en la ciudad. Si Futura gana un sitio en el ayuntamiento, el partido dará voz y espacio a cualquier ciudadano de Villalba para votar sobre cualquier decisión que el gobierno local tenga que tomar. Los concejales de Futura votarán de acuerdo con el voto del electorado a través de dicha aplicación.

Algunos de los miembros de Futura en Collado Villalba, Madrid, España.

Con solo un concejal en el ayuntamiento, Futura llevaría a otro nivel la idea de transparencia política, ya que cualquier ciudadano podría acceder a la información sobre las decisiones a discutir en cada pleno. Y no sólo conocer esas decisiones, sino que también gracias a la aplicación, podría mostrar oficialmente su descontento o aprobación al respecto. Para conseguir ese concejal, aproximadamente 1000 votos serían los necesarios, 1000 votos que reconfigurarían desde la base el sistema democrático español.