Las familias Q’eqchi’s de Tres Cruces que luchan por conservar su tierra
Por César Bol
Entre los años de 1850 y 1860, llegaron los primeros alemanes en Guatemala para probar sus posibilidades económicas. Alrededor de 1863, se asentó el primer alemán en Cobán, Alta Verapaz, un hombre de apellido Sapper, que tres años después introduciría el cultivo del café. Los primeros registros de la familia Sapper en las Verapaces, según el libro Almas Gemelas del Reverendo Ricardo Terga Cintron de Berrios, datan del año de 1860.
En 1894, Ricardo Sapper compró tres fracciones de finca, quedando unificadas como “Finca Tres Cruces”, que contaban con el café como cultivo principal. Las familias originarias y asentadas en dichas tierras, pasaron a ser trabajadores voluntarios o colonos para la familia Sapper. El nombre de “Tres Cruces” se originó debido a que dentro de la finca, un lugar conocido con este nombre era el primer punto de descanso de viajeros que trasladaban café para la exportación, con destino para el puerto pluvial en Panzós, Alta Verapaz.
Durante la segunda guerra mundial, muchos alemanes fueron expulsados de Guatemala, dejando abandonadas muchas fincas. Por esta razón, los mozos colonos quedaron asentados dentro de la finca Tres Cruces viviendo de acuerdo a su cultura y costumbres. En 1993, el abogado Edgar Raúl Pacay Yalibath se presentó ante los colonos, mencionando ser el representante legal de la familia Sapper, entregando el mandato de un bisnieto de don Ricardo Sapper a nombre de Joaquín Christian Sapper Grosse. Solicitó varias órdenes de desalojo para las familias acusándolos de invasores. Con el tiempo, los ex mozos colonos descubrieron que el mandato, estaban falsificados los datos de Joaquín y que la numeración de su cédula de vecindad era falsa. Dicho abogado falleció en el año dos mil veinte. Es importante mencionar que el señor Edgar Raul Pacay Yalibath fue magistrado en la Corte Suprema de Justicia.
Mientras tanto; en el año dos mil cuatro el Fondo Nacional de Tierras FONTIERRAS adjudicó la finca Tres Cruces a un grupo de sus mismos trabajadores, uno de ellos en el puesto de adjudicación de tierras, así como a otros beneficiarios abogados y trabajadores de otras instancias gubernamentales de CAMINOS (ministerio de comunicaciones, infraestructura y vivienda). Utilizaron un decreto agrario de tierras ociosas. Sin embargo, el decreto menciona que “se adjudican tierras ociosas a grupos de campesinos que tengan la posesión histórica de las tierras y haberla trabajado”. Estas familias beneficiarias nunca han tenido en posesión la finca Tres Cruces y provienen de otros departamentos, y por si fuera poco han hecho una persecución legal a las familias de colonos, acusándolos de invasores.
Las últimas acciones que estas beneficiadas por el FONTIERRAS han realizado fue acorralar a los colonos frente a la autoridad; ante el Ministerio Publico se llegó a un acuerdo de proporcionar pequeñas fracciones de tierra para las familias y que ellos se quedaran con la mayor parte. Este proceso se encuentra suspendido temporalmente. Quienes no estén de acuerdo serán demandados como invasores y pueden ser encarcelados por muchos años de cárcel ante este delito, aunque en realidad sea lo contrario, cuando los supuestos propietarios, en complicidad con el Ministerio Público hayan cambiado la versión de la historia. Los colonos han tratado de tener comunicación con la familia Sapper; sin embargo, esto no ha sido posible.
Nota del autor: Este artículo fue escrito con el apoyo del testimonio de las familias colonos.