Preparándonos para ser Líderes y Profesionales con Propósito
Por María Aguja Maulhardt
En mis años de juventud he podido percibir cómo los medios y las comunicaciones han acaparado las mentes de los jóvenes de nuestro tiempo, limitando sus capacidades creadoras, enseñándoles a seguir a las masas y no a proponer, lo cual es lamentable. He visto a los padres de nuestras generaciones trabajar y esforzarse por brindar la educación que muchos de ellos no tuvieron, especialmente dentro del rango de la educación universitaria.
He visto a jóvenes concluir sus estudios de secundaria y esforzarse por buscar un empleo para costear sus estudios universitarios. He visto también a algunos jóvenes que tienen la oportunidad de que sus padres les provean lo necesario para estudiar, pero que, de una u otra forma, al concluir su educación y a pesar de haberse esforzado, no encuentran un empleo fácilmente. Por eso, ello me da la pauta de pensar que el sistema educativo universitario debe ser reformado, pero más aún debe ser estratégicamente pensado. La geografía de un país determina en gran medida cómo funciona el comercio y el mercado laboral.
El progreso de Quetzaltenango tuvo un auge dentro de la época de antaño, pero con el tiempo vemos las fábricas y las casas de las personas pudientes del tiempo sólo como historias del pasado que retratan el apogeo económico y social de la ciudad. Por eso me pregunto… ¿es posible que el número de estudiantes universitarios sea proporcional a la demanda laboral que existe en la región? La respuesta claramente es NO.
¿Dónde empiezan las dificultades? La forma para escoger una carrera universitaria debe ser mejorada, y con ello, pensar en cómo generar aprendizajes significativos a través de lograr coherencia entre la teoría y la práctica. ¿Cuántos profesionales olvidan ciertos contenidos de sus carreras por no especializarse en ésas áreas dentro de su ejercicio profesional? Es una respuesta que cada uno puede contestarse y que en realidad pasa a menudo; el enfoque se destina a lo que se practica.
Mis años como estudiante para ser Profesora de Inglés tuvieron sentido, cuando casi al finalizar la carrera, encontré un empleo. Después de buscar por un largo tiempo y sin ninguna experiencia, pude enseñar sobre las bases del conocimiento que había adquirido en años previos en la Universidad y como maestra de educación primaria.
Mi historia no es diferente a la de otros profesionales. Lamentablemente dentro de nuestro contexto, los proyectos para aumentar el capital humano no abundan y más aún, a nivel nacional no se ha diseñado una estrategia para que los jóvenes puedan tener un capital base que ayude a dinamizar la economía. No es un reto fácil, y más aún para quienes como yo, eligen estudiar Ciencias Políticas o Relaciones Internacionales. Las intervenciones sobre cómo usar el poder para lograr beneficiar a ciudades como la nuestra, en Quetzaltenango, deben ser iniciativa de los jóvenes, pues nosotros somos los que demandamos trabajo, pero también deberíamos ser los que proponemos soluciones ante problemas que se relacionan con nuestra cotidianidad y con nuestro entorno. Sin embargo, no siempre es fácil encontrar una luz en el camino, especialmente cuando nuestros padres tienen una profesión u ocupación diferente.
Es muy importante que los profesionales y las personas que nos rodean en la comunidad educativa tengan fe en nosotros, sabiendo que emprender el camino profesional no es nada fácil y que mediante el tiempo pasa y nos vamos llenando de experiencia, tenemos que encontrar la forma de subsistir y muchos de nuestros sueños se quedan truncados. ¿Es posible encontrar en los profesionales un poco de ahínco y solidaridad? He comprobado que sí. Tres profesionales, dos internacionales y uno nacional, con experiencia en asuntos políticos y conocimiento empresarial lo demostraron durante una actividad realizada el año pasado por estudiantes de la Facultad de Ciencias Políticas en la Universidad Rafael Landívar
“Es imposible aceptar un no como respuesta cuando se tiene el ímpetu de hacer algo, sólo es cuestión de adaptarse y de ser persistente con lo que se desea, con ética e integridad”, manifestó el director de Nexos Locales, USAID, Vince Broady, quien labora dentro del ámbito de las Ciencias Políticas y las Relaciones Internacionales. “Te caerás, más de una vez y en diferentes maneras, pero lo que cuenta es como te recuperas.” El señor Broady motivó con entusiasmo a los chicos, alentándolos a cultivar una actitud de líderazgo, sin importar cuáles son los intereses de cada uno. También recalcó: “No es necesario tener un puesto de autoridad, para ser un líder” y “Es importante tener empatía y comprensión para poder ser el cambio que quieres ver en el mundo.”
Por otra parte, el señor Gabriel Wer, quién es administrador de empresas y actualmente se dedica a la educación social, habló sobre el emprendimiento y el liderazgo, haciendo énfasis en la importancia de partir de conocerse a sí mismo y realizarlo constantemente para poder tomar decisiones sobre sí mismo. De igual forma recalcó cómo el hecho de emprender no es una decisión, sino un camino colectivo. A su manera hizo ver la importancia de recurrir a alguien para orientarse, y buscar lo que a uno le satisface, pero teniendo en cuenta un propósito, finalizando con la pregunta si no soy yo, ¿quién? Si no es ahora, ¿cuándo?
Es por ello que se ha planteado que al complementar la teoría que se brinda en la academia, debe alternarse la experiencia y la búsqueda de nuevas oportunidades. Para lograrlo es vital que los estudiantes se involucren en actividades, pero sobre todo formar comunidad para lograr que los que vienen atrás tengan la capacidad de visualizar su ejemplo para impulsar nuevas iniciativas que permitan que los jóvenes tengan mejores oportunidades laborales, tanto como empleados, así como generadores de empleo.
Por su parte, Silvia Arcandi, (Italia) de EntreMundos, quien es Coordinadora de Voluntarios, habló sobre su experiencia como voluntaria en otros países y en Guatemala, haciendo énfasis en la gran experiencia que ella ganó y que ganan las personas cada vez que se acercan para preguntar cómo colaborar como voluntarios.
Los estudiantes de Relaciones Internacionales quedaron satisfechos con la actividad, agradeciendo la experiencia de los profesionales, preguntándose cómo involucrarse. El conocimiento es vital, pero no puede ser encapsulado en el tiempo y en un título Universitario, necesita activarse a través de iniciativas que promuevan el uso de las virtudes y capacidades de nuestra juventud, que debe involucrar a personas de todas edades a participar y demostrar la jovialidad, lo cual es el verdadero tiempo y vida.
En este 2020, se ha hecho conexión entre el nuevo departamento de voluntarios de la Universidad Rafael Landívar y EntreMundos, buscando que el tiempo invertido se utilice para el bienestar comunitario, así como también que los recursos utilizados sean aplicados para el bienestar de la juventud en la región
¡En todo amar y servir! – San Ignacio de Loyola.