Mamá Maquín, la valiente Defensora Q’eqchi’ asesinada por defender Panzós
En un día como hoy, hace 42 años, Adelina Maquín Caal, lideresa Maya Q’eqchi’ dirigió una de las caminatas mas enblemáticas por el reclamo a la tierra para los campesinos y campesinas Q’eqchi’s. Fue vilmente asesinada a tiros mientras pedía dialogar con el ejército.
Por: Diana Pastor
Adelina Caal (conocida cariñosamente como Mamá Maquín) nació en Panzós, Alta Verapaz en 1915. Vivía con su familia en la finca La Soledad, Panzós y tenía ya 63 años cuando participó junto a otras personas más, en una caminata que demandaba el derecho a la tierra (cabe mencionar que Adelina era activa lideresa y guía comunitaria desde varios años atrás). Como la gran mayoría de mujeres indígenas de aquella época, creció en condiciones difíciles, pero su sensibilidad social la hacían preocuparse por la justicia, el acceso a la tierra y condiciones de vida digna para su gente. No sólo organizaba a su comunidad, también era una figura importante para quienes luchaban por el territorio en todo el valle del rio Polochic, por su expresión y liderazgo. Era fuerte y sensible, y dominaba el idioma español (algo nada común para las mujeres indígenas de su época).
Sus ideales harían que un 29 de mayo de 1978, se colocara en las primeras filas de aquella caminata en donde se exigía el derecho a la tierra, a libertad, a la vida misma. Eran tiempos difíciles para los Pueblos Indígenas, pero ella y su pueblo salieron a manifestar. Adelina fue reprimida por el Ejército de Guatemala cuando recibió varios impactos de bala junto al resto de la caminata, entre los que se encontraban adultos mayores, niños y mujeres. El libro Secretos sepultados: La verdad de los Derechos Humanos en Guatemala escrito por Victoria Sanford y Anne Barbour, menciona que María, la hija de doce años de Adelina, recuerda cómo su madre intentó dialogar con el comandante de los soldados que avanzaban, antes que le dispararan directamente en la cabeza. Otra historia cuenta que Adelina llevaba dentro de su güpil, los documentos que acreditaban a la comunidad como propietarios de sus tierras. Ella intentó mostrarlos al ejército antes de que la mataran, pero disparar contra los manifestantes era una orden del gobierno y los terratenientes que querían apoderarse de sus tierras.
Adelina sabía que las tierras de los pueblos Q’eqchíes se despojarían gradualmente y en complicidad con el gobierno. Por eso luchó incansablemente, aún a sabiendas de que ella y los suyos podrían morir. Cuando ocurrió la masacre, los sobrevivientes huyeron a través de las montañas y ríos, y el resto de la comunidad fue asesinada por el ejército; luego Panzós fue ocupada por ellos. Hoy en día, las tierras, los recursos y la oportunidad de vivir una vida digna les es despojada impunemente al pueblo Q’eqchi’. La minería, los grandes monocultivos y otros megaproyectos amenazan los derechos de familias y comunidades enteras en Alta Verapaz, pero ellos, siguiendo el ejemplo de Mamá Maquín y muchas otras lideresas y líderes que han dado su vida para defender a sus pueblos, continúan resistiendo.
Un ejemplo de ello, son un grupo de refugiadas guatemaltecas del conflicto armado, que formaron en México a principios de los años 90 un grupo de resistencia y lucha, al cual llamaron «Mamá Maquin». Ellas realizaron una enorme labor con las mujeres de los campamentos del exilio, y luego de su retorno a Guatemala denunciaron cómo las mujeres casadas no fueron favorecidas con la concesión de tierras como parte de los acuerdos con el gobierno (sólo a las viudas y los padres de familias se les había otorgado tierra). La organización ha sufrido en dos ocasiones de intimidaciones: en 1998 y 2014 las oficinas de Mamá Maquín fueron allanadas y saqueadas. Estos hechos criminales no pueden considerarse simples asaltos o robos; detrás de ello hay intención de aterrorizar y silenciar a la organización integrada mayoritariamente por mujeres mayas*.
A pesar de todo, la lucha continúa, porque mientras haya injusticia, siempre habrá defensores, incluso si son criminalizados, agredidos e intimidados. Honramos la memoria de Mamá Maquín y todos los defensores y personas que quizá no son líderes pero que defienden lo que es suyo y que han muerto como mártires, por la defensa del territorio.