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La niña con alas

POR AXEL ÁVILA

Adriana Ruano se convirtió en la reina del Olimpo e inmortalizó su nombre tras alcanzar la gloria olímpica, colgándose la medalla de oro en la reciente edición de los Juegos Olímpicos celebrados en París, Francia.
Un poco de historia. En 1896 se celebraron los primeros Juegos Olímpicos de la era moderna, una edición dedicada únicamente a la participación masculina. En la segunda edición realizada en 1900 algunos deportes incluyeron por primera vez a las mujeres, 22 deportistas femeninas tuvieron participación en esta edición.

El francés Pierre de Coubertin, presidente del Comité Olímpico Internacional entre 1896 y 1925, en unas declaraciones públicas indicó: “Una Olimpiada femenina sería poco práctica, poco interesante, poco atractiva e incorrecta. El verdadero héroe olímpico, en mi opinión, es el hombre adulto individual. Las Olimpiadas deberían ser sólo para hombres, el papel de las mujeres debería ser coronar a los ganadores”. Definitivamente, estas declaraciones no hicieron más que retrasar la inclusión de mujeres en la competición deportiva.

Tras años de lucha y búsqueda de oportunidades para atletas femeninas en los deportes, finalmente, en 1922 se crean los primeros Juegos Mundiales Femeninos, celebrando cuatro ediciones. Años más tarde estos desaparecen y por fin, las mujeres tendrían libre participación en la práctica de cualquier disciplina deportiva.

Una medalla que llena de orgullo

La historia evidencia que para las mujeres ha sido muy difícil escalar a posiciones privilegiadas en cualquier área, el deporte no ha sido la excepción; entonces, ¿por qué la medalla de Adriana Oliva es tan importante para una nación?
Adriana Ruano Oliva es una atleta guatemalteca de 29 años, que desde su niñez se vio cercana al deporte, ya que sus padres la motivaron a ser una niña activa. Incursionó en la gimnasia artística, fue compañera de la reconocida atleta guatemalteca Ana Sofía Gómez, quien fue campeona panamericana y representó a Guatemala en las justas olímpicas en las ediciones de Londres 2012 y Río 2016, respectivamente en la disciplina de gimnasia. Se vio inspirada por Luisa Fernanda Portocarrero, gimnasta olímpica guatemalteca quien ocupó el puesto 13 en la viga de equilibrio de los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, atleta a quien conoció y decidió seguir. Es decir, Ruano Oliva siempre fue cercana a los grandes escenarios deportivos y se relacionó con atletas de alto rendimiento.

Adriana sufrió una lesión en la columna que la dejó fuera de competir en los eventos deportivos clasificatorios a los Juegos Olímpicos de Londres 2012, derrumbándose el sueño de pisar el más grande evento al que aspiran los deportistas.

En 2016 siendo una joven entusiasta decidió aplicar para ser voluntaria en los Juegos Olímpicos celebrados en la ciudad brasileña de Río, fue seleccionada y emprendió el viaje al país sudamericano donde vivió una experiencia tras bambalinas. Ese escenario que no es expuesto al público pero es importante para desarrollar un evento de gran magnitud le cambió la perspectiva. Viviendo la experiencia de ser voluntaria, Adriana confirma que su lugar no era detrás de los escenarios deportivos, por lo que decidió estar al frente y competir llevando los colores de su país.

Un mes antes de la celebración de las justa olímpicas su padre falleció, Adriana se descompensó, su mente y habilidades deportivas se vieron afectadas tras el desgarrador suceso personal, así que su primera participación olímpica no fue lo que esperaba. Según los resultados oficiales de Tiro de Foso en la categoría femenina, Adriana ocupó el puesto 26 siendo la última posición de las 26 competidoras en aquella edición olímpica, derribando 110 platos de los 125 en la ronda clasificatoria, quedando lejos de competir por una medalla. Según declaraciones de Ruano Oliva, se sintió decepcionada y pensó que le había fallado a su padre.

Aquel acontecimiento le dio fuerza, se reinventó y sabía que lo mejor estaba por llegar a su vida. En 2023 logró la medalla de oro en los Juegos Panamericanos celebrados en Santiago de Chile; consiguió su clasificación a sus segundos Juegos Olímpicos y en la edición 2024 en París se bañó de oro.

La medalla de Adriana sígnica mucho, podríamos dejar de un lado las percepciones de género, pero es histórico y maravilloso, una mujer, ¡sí una mujer! logró escalar a lo más alto del podio deportivo, se colgó en el cuello quilates de oro, uno de los minerales más preciados y el sueño de cualquier deportista. Esta medalla es importante para Adriana porque alcanza una meta personal, cumple un sueño, pero trasciende más allá, por primera vez en los juegos deportivos más importantes del mundo se eleva la bandera de Guatemala, suenan las notas del himno nacional, lo que inspira a muchas niñas a involucrarse en el deporte y a seguir sus pasos. Sus alas se extienden por todo el país y su nombre recorrerá la historia y siempre será la primera campeona olímpica que abrió sus alas hasta el sueño de oro que hizo estremecer, llorar y creer a un país que todo se puede lograr.

Axel Avila, comunicador social; periodista, locutor, presentador de noticias; con 18 años de experiencia en radio, televisión, prensa escrita, edición de audio y video, redacción, manejo de redes sociales, manejo de marcas.