Soy un carro menos en el tráfico
Por Luis Fernando Gómez
Desde hace algunos años la idea de pertenecer al mundo del “fitness” cambió para mí, antes hacía ciclismo de montaña con amigos, después empecé a utilizar la bicicleta como un medio de transporte. Vivo muy cerca del Centro Histórico de Quetzaltenango y prácticamente la mayoría de actividades las resuelvo usando bicicleta, me ahorra tiempo, entre otras bondades. El uso de la bicicleta en la vida cotidiana tiene relación incluso con la alimentación saludable, porque el cuerpo es el motor, entonces cobra sentido la idea de comer siempre y a tiempo.
Practiqué ciclismo urbano para ir a la Universidad, primero porque consideré que sería original y algo nuevo para todos en ese momento. La mayoría de universitarios usa carro o bus para ir a estudiar y encontrar parqueo es difícil o representa un gasto adicional. Analizar la vida estudiantil sigue siendo importantísimo, porque la mayoría de personas jóvenes podría usar la bicicleta para ir a estudiar o trabajar, como ocurre en algunos contextos internacionales. En la cabecera departamental de Quetzaltenango la población estudiantil asciende a 68 mil 675 en los niveles de primaria, básico y diversificado, según datos del Mineduc en 2018. El Centro Universitario de Occidente (CUNOC), sede departamental de la única universidad pública de Guatemala, registra al menos 17,000 estudiantes inscritos.
Tiempo después, para ir a trabajar, a 20 calles de donde vivo, llegar en carro era costoso y utilizar bus no me agradaba. Entonces la bicicleta surgió nuevamente como la mejor opción. La química que ocurre en el cuerpo es interesante, muchas veces si haces ejercicio te enfocas en quemar calorías, cuando utilizas la bicicleta como medio de transporte puedes optar por simplemente desplazarte, sin prisas y tratando que cada viaje sea cómodo para ti. No existe motivo para ir rápido a tu destino, porque la diferencia en tiempo entre ir rápido o lento se reduce a segundos o pocos minutos, así que es mejor ir enfocado en que el viaje sea seguro y agradable para ti.
Quetzaltenango tiene varios bosques y en ciertos meses del año amanece con temperaturas menores a 7 grados Celsius, mañanas cubiertas de niebla, un clima perfecto y fresco para el ciclismo. Es recomendable usar casco para que el ciclista sea más visible, también es importante mover los brazos para pedir vía y el uso de luces para la noche; inmediatamente al subir a la bicicleta hay que estar muy atento a todo lo que pasa alrededor, afortunadamente nunca me ha pasado nada malo, hay mucha gente que respeta al ciclista, a veces pueden ocurrir incidentes menores o malos entendidos. Lo importante es la prudencia, comprender que la ciudad es un espacio para encontrarnos y crecer juntos.
En la postpandemia el ciclismo comunitario se ha posicionado para contribuir con la reactivación económica local. Es una forma de practicar turismo ecológico en lugares cercanos, llenos de mucha historia, necesarios para el conocimiento propio y la reflexión. Analizar las rutas ciclísticas desde varias perspectivas es necesario para que la infraestructura se adecue al usuario.
La infraestructura ciclística debe estar diseñada para que otros medios de movilidad alternativa puedan funcionar, como los scooters, muchos profesionales y personas de varias edades podrían utilizarlos para transportarse en distancias medianas dentro del casco urbano.
Paso a paso, con el tiempo, los gobiernos locales reconocerán que el peatón es importante, las ciclovías, la vegetación y la inversión en infraestructura sostenible son indispensables para el futuro.
Ayudemos a la ciudad caminando, utilizando bicicleta, scooter o bus y seamos un carro menos, logremos el sueño de ser una ciudad diferente, la que nuestros antepasados soñaron ser.
Luis Fernando es historiador y publicista, tiene más de cinco años de transportarse en bicicleta.