Reforestando Comunitariamente por el Ambiente
Cada vez son más frecuentes las impactantes imágenes de incendios forestales en diferentes partes del mundo. Las más recientes mostraban la devastación en zonas de Rusia, Estados Unidos, Grecia y Argelia. La alarmante pérdida de bosques a nivel mundial es un hecho y parece no detenerse.
En Guatemala el panorama no es muy diferente. De acuerdo a la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (CONRED) durante la temporada de incendios forestales 2020-2021, se atendieron 345 incendios en áreas boscosas provocando la pérdida de miles de hectáreas de bosque. Los incendios forestales no son la única amenaza para los bosques guatemaltecos; el avance de la frontera agrícola, el incremento de monocultivos y el aumento de la actividad ganadera continúan siendo factores que ponen en riesgo la conservación incluso de áreas protegidas. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), a lo largo de la última década, la deforestación en Guatemala ha alcanzado cifras de poco más de 132,000 hectáreas anuales, lo cual incluye pérdida de bosque en áreas legalmente protegidas.
A pesar de que hace ya más de 31 años se creó en Guatemala la reserva tropical más grande del país, (conocida como Biosfera Maya con la misión de proteger la mayor parte de bosque tropical a nivel Centroamericano), se continúan teniendo altas tasas de deforestación. Según reporta el Consejo Nacional de Áreas Protegidas CONAP, en los últimos 10 años se ha reportado un promedio anual de 222 incendios en áreas protegidas, afectando a alrededor de 13,557 hectáreas por año. Lo más preocupante, es que la tendencia en la ocurrencia de incendios forestales en estas áreas es creciente.
Sin duda, estas cifras son alarmantes pues ponen en riesgo diversos ecosistemas y la sostenibilidad ambiental de muchas comunidades. Es importante reconocer que, aunque muchas empresas e industrias hacen uso desmedido del recurso forestal, también existe muy poco interés y compromiso de parte de la población guatemalteca por cuidar y defender los bosques. De ahí que muchas organizaciones y colectivos promueven programas y proyectos medioambientales, con el ánimo no sólo de recuperar este recurso, sino también para crear en los ciudadanos, el sentimiento de pertenencia y de defensa del medio ambiente.
Una de estas organizaciones es Fraternidad de Presbiteriales Mayas, formada por mujeres del área rural de Quetzaltenango quienes, a través de su programa de medio ambiente, realizaron el pasado mes de junio una reforestación comunitaria. Argelia Pos directora de la organización explica que el programa tiene como objetivo, contribuir a restaurar el medio ambiente local a través de la formación, sensibilización y ejecución de acciones comunitarias en pro de los recursos naturales. Esta reforestación se realizó en la Aldea Nueva Concepción en el municipio de San Juan Ostuncalco, Quetzaltenango; llegando a sembrar un total de 1,680 árboles de aliso en 1.5 hectáreas. Argelia comentó que realizan reforestaciones con aliso por ser una especie nativa de estas zonas y porque tiene múltiples ventajas para la recuperación del ecosistema. Además, menciona que esta reforestación fue posible gracias a la colaboración de La Red de Jóvenes Artistas por la Justicia Social y EntreMundos. Gladis Díaz, voluntaria de la red, enfatizó que esta temporada de reforestación es una oportunidad para concienciar a las personas, familias y comunidades para crear una cultura ambientalista, y que el voluntariado es una oportunidad única para contribuir a esta causa desde lo local.
La tierra está sufriendo muchos cambios ambientales, muchos de éstos agravados o acelerados por las acciones humanas. Si bien es cierto, los impactos ambientales que generan las grandes empresas y la industria son incomparables con los que genera el ciudadano común, es indispensable que como personas individuales tomemos conciencia de nuestra propia huella ecológica, pero, sobre todo, que comprendamos lo importancia de nuestra participación activa en la generación de los cambios que deseamos ver. De esta manera, podremos mejorar, conservar y defender nuestros recursos, nuestro territorio y nuestro medio ambiente desde nuestros propios espacios.