REPRESIÓN CONTRA EL BUEN VIVIR: La lucha de los defensores de derechos humanos
Por: Leiria Vay
Entre el año 2018 y 2019 fueron asesinadas 16 personas defensoras de DDHH que ejercían liderazgo en diferentes estructuras organizativas del El Comité de Desarrollo Campesino CODECA. Todos ellos y ellas ejercían una labor para exigir el ejercicio y la defensa de derechos individuales y derechos colectivos de los pueblos en los territorio y comunidades. Dos de las víctimas fueron mujeres, a quienes las torturaron antes de asesinarlas.
La represión contra los pueblos, y en este caso contra el movimiento social CODECA, responde y tiene la finalidad de detener o frenar la lucha y sueños de los pueblos para el ejercicio de sus derechos y la construcción de cambios estructurales desde las comunidades para el Buen Vivir de todos y todas. CODECA es una organización de campesinos y campesinas indígenas. Surge en 1992 a raíz de la necesidad de vivir dignamente y cultivar la tierra, lo cual es negado por las malas condiciones laborales en el campo. Del total de familias miembros de CODECA, el 95% son familias campesinas sin tierras que trabajan como jornaleros en las fincas o emigran en busca de trabajo en diferentes lugares.
Su misión es impulsar el desarrollo rural a través de la participación social, la propuesta concertada y la incidencia efectiva en políticas públicas en el marco de procesos incluyentes y participativos de transformación social, la construcción de la paz y la democracia. CODECA ha logrado romper esquemas y límites permitidos por los sectores de poder económico en el país, ya que, después de la firma de la Paz en 1996, se afianzó el sistema neoliberal de saqueo de bienes y recursos naturales, acaparamientos de tierras, privatización de los servicios públicos, etc; pero CODECA no se quedó únicamente con el discurso de la urgente necesidad de cambios en el país. Este movimiento empezó como lo hacen las hormigas, a organizar y generar procesos de reflexión y formación sociopolítica de persona a persona, de familia a familia y de comunidad a comunidad.
Paralelamente, después de la firma de la paz en Guatemala, el sistema neoliberal trajo consigo su estrategia de distracción la cual se basa en “la ilusión de la incidencia”. A las organizaciones y pueblos les decían que incidieran para que los tomadores de decisión o los que tienen el poder los vieran y atendieran a sus demandas. Fue solo una ilusión. Nunca cambió nada a favor de los pueblos. Cada vez más, se afianza el sistema de saqueo en los territorios de los pueblos indígenas, cada vez más se destruye la Madre Tierra, cada vez más hay mayores niveles de sobre explotación y semi esclavitud laboral, cada vez más las familias tienen necesidad de migrar en búsqueda de la sobrevivencia y cada vez más hay mayor pobreza y discriminación, etc. Y cada vez más, los sectores de poder buscan nuevos distractores para generar mayor ignorancia mediante los medios de comunicación corporativos que responden únicamente a los intereses de quienes saquean y reprimen a los pueblos.
A pesar de todas las adversidades y limitaciones por falta de recursos económicos o de equipos técnicos y profesionales a lo interno de la organización, CODECA no se dejó caer y distraer con la ilusión de la incidencia. En el año 2012 las comunidades organizadas reflexionaron y decidieron de manera asamblearia que la lucha por los cambios estructurales y el Buen Vivir de los Pueblos tiene que construirse desde los territorios y comunidades, desde las y los que históricamente han sido excluidos y discriminados. El consenso fue “tenemos que luchar por ser sujetos y sujetas de derechos, tenemos que defender la madre tierra con la fuente de nuestra vida, tenemos que luchar por construir juntos y juntas un Estado Plurinacional donde cabemos todos y todas”. Fue allí que CODECA inició su camino por la apuesta por el Proceso de Asamblea Constituyente Popular y Plurinacional en Guatemala.
Pero ya en el año 2010 las comunidades organizadas en CODECA también habían cometido otro delito imperdonable para los sectores de poder económico. Habían empezado a ejercer su derecho a la resistencia, el cual a pesar de estar incluido en la Constitución Política de la República, en este país nunca se había asumido como un derecho. Las comunidades habían iniciado la exigencia de la nacionalización de los bienes y servicios privatizados, dentro de ellos la Energía Eléctrica. Para los sectores de poder económico y el gobierno, CODECA había empezado a ser un movimiento peligroso, que se había salido de los límites permitidos, que no había agarrado el anzuelo de la estrategia de distracción e ilusión de “la incidencia”. CODECA no solo se había atrevido a manifestar en las calles y denunciar las diferentes violaciones de derechos humanos, el saqueo de los bienes, recursos y servicios básicos de los pueblos, sino también estaba atreviéndose a soñar y luchar porque desde las comunidades todos y todas se constituyan como sujetos y sujetas en la construcción de cambios estructurales en el país.
El Gobierno de Otto Pérez Molina declaró públicamente que CODECA es un cáncer social que crece y que hay que erradicarlo. Creó una fiscalía (fiscalía contra el hurto de fluidos) que hasta el momento se ha dedicado a perseguir y criminalizar a dirigentes/defensores de DDHH organizados en CODECA, pero por más presupuesto estatal que tenga dicha fiscalía y por más agentes de ENERGUATE y el Ministerio Público acusando y amedrentando a las comunidades, no han logrado mediante juicio oral y público demostrar que dirigentes/defensores organizados en CODECA son delincuentes. Únicamente, tres casos de todos los que lleva esta fiscalía han logrado tener una resolución y en los tres las y los dirigentes/defensores han sido absueltos. El actual gobierno de Jimmy Morales también siguió los pasos de Otto Pérez Molina y ha señalado y difamado públicamente al movimiento CODECA.
La represión contra CODECA ha sido una estrategia diseñada para frenar la lucha de los pueblos por la construcción de los cambios estructurales y el Buen Vivir para todos y todas. Los asesinatos masivos del 2018 y 2019 tuvieron la finalidad de frenar esas luchas por la defensa de los derechos humanos y la madre tierra, así como también generar zozobra en la participación política del Movimiento para la Liberación de los Pueblos, que es el instrumento político creado por CODECA y otras organizaciones para viabilizar el proceso de Asamblea Constituyente para la Construcción del Estado Plurinacional en Guatemala.
Según el documento “Represión contra CODECA,” Publicado por CODECA, del año 2016 a septiembre de este año, 5748 personas defensoras/dirigentes han sido víctimas de diferentes ataques/agresiones por su labor en la defensa de derechos humanos y por la lucha por la construcción de cambios estructurales en el país. A pesar de toda esa adversidad y represión, el pueblo ha perdido el miedo, y cada vez más, CODECA crece en los territorios y en las áreas urbanas, posicionando así la lucha y los sueños de la gente de este país para construir juntos y juntas el Buen Vivir para todos y todas.