La gobernanza del cambio climático y el papel de los Pueblos Indígenas
Por: Fabio Cresto Aleína
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación y el Fondo de Desarrollo de los Pueblos Indígenas de Latinoamérica y el Caribe (FILAC) lanzaron recientemente un informe fundamental en la gobernanza de bosques por los Pueblos Indígenas y tribales. El principal resultado del documento, que revisa más de 250 estudios, demuestra cuán urgente es la necesidad de la acción por el clima en Latinoamérica, y la necesidad de involucrar a los Pueblos Indígenas en la gobernanza de dichas acciones.
La gente Indígena y tribal en Latinoamérica y el Caribe juegan un rol importante en la protección de tierras, las cuales constituyen sus medios de vida. Mediante estas prácticas, ayudan directamente a la conservación del capital natural y por lo tanto, a la estabilidad del clima regional y global. Las tierras gobernadas por Pueblos Indígenas, -resalta la FAO y el informe de FILAC- albergan una gran parte de la diversidad biológica y cultural, pero al mismo tiempo “sus habitantes carecen de ingresos decentes y acceso a servicios”. Es toda una paradoja, ya que ha sido en gran parte gracias a los Pueblos Indígenas y su gobernanza que estas áreas, históricamente, se han mantenido libres de deforestación y de degradación de bosques. Por ejemplo, en Guatemala las concesiones forestales en la Biosfera Maya en la región de Petén han sido un instrumento en la reducción de la deforestación (las tasas de reforestación están cerca a cero en las áreas en donde las comunidades locales están involucrados en la gobernanza forestal) y los impactos de incendios forestales.
El reporte también apunta cómo diferentes factores se están volviendo una amenaza a esta situación, ya que la demanda de recursos ha aumentado (tanto global como localmente), la expansión de áreas urbanas, la construcción de carreteras y otras actividades están conduciendo a una presión incrementada, tanto ambiental como social, en los territorios gobernados por Pueblos Indígenas. Estos nuevos retos, agravados por la reciente pandemia, deben ser enfrentadas por acciones rápidas y fuertes, para reforzar la gobernanza Indígena en estos tiempos difíciles. Las políticas de cambio climático deben incluir el compromiso de comunidades Indígenas locales, y no solo en la forma de comunicación y diseminación de resultados y leyes, o mediante proyectos de arriba hacia abajo financiados por el gobierno central o agencias de cooperación internacional. Para maximizar su participación, es esencial velar por el compromiso de los Pueblos Indígenas que ya están en el proceso de elaboración de políticas.
En Guatemala la gobernanza de políticas del cambio climático y acciones es un escenario complicado que consiste de muchas instituciones interactuantes. El Consejo Nacional de Cambio Climático es la organización oficial que, de acuerdo a la Ley Marco de Guatemala del 2013 en Cambio Climático, es la responsable de regular y supervisar la implementación de acciones relacionadas a la mitigación y adaptación al cambio climático en el país. Representantes académicos, del sector privado, del gobierno, y ONG’s participan en este consejo para discutir y regular actividades relacionadas a este tema fundamental. Los Pueblos Indígenas en Guatemala también envían a sus representantes a este consejo, seleccionados por la Mesa Indígena de Cambio Climático de Guatemala (MICCG), el consejo que reúne a representantes de asociaciones Indígenas que trabajan en el tema.
El MICG se formó antes de la XXI Conferencia de las Partes (COP21), para crear un espacio para el dialogo entre el gobierno guatemalteco y las organizaciones Indígenas para discutir políticas públicas concernientes al cambio climático fuera de los canales oficiales ya existentes. A nivel nacional la mesa está compuesta por representantes de alrededor de 45 organizaciones de los tres grupos étnicos Indígenas de Guatemala, los mayas, xincas y garífunas. Organizaciones de renombre y bien establecidas con Sotz’il, Ak’Tinamit, y ASOCUCH (Asociación de Organizaciones de Los Cuchumatanes) envían regularmente a sus representantes al MICCG. Lola Cabnal, representante en el MICCG de Ak’Tinamit asociación con sede en la región de Izabal y enfocada en la educación base y del desarrollo sostenible, declaró que “el reconocimiento formal de los Pueblos Indígenas podría ayudar al cambio del modelo de desarrollo para Guatemala”. Ella ve las actividades de la Mesa como un paso fundamental para fortalecer las capacidades de los Pueblos Indígenas y darles las herramientas para asumir las responsabilidades para estar en la primera línea de las acciones por el clima.
La mesa fue creada en colaboración con el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN), para mejorar la participación multicultural en procesos de toma de decisiones de políticas relacionadas al clima. La constitución de este organismo fue un paso histórico importante en Guatemala, ya que ayuda a reconocer la multiculturalidad del país como un activo en abordar problemas sociales. El consejo, además de formar parte de las actividades que regulan y planifican actividades para la adaptación y la mitigación del cambio climático en Guatemala, también participan en eventos internacionales y reuniones, y es parte del comité del cambio climático de la gente Indígena, el organismo reconocido por las Naciones Unidas que representan la voz de las personas Indígenas durante eventos internacionales. Ramiro Batzín, representante del MICCG de la asociación con sede en Chimaltenango Sotz’il argumentó sobre la constitución del MICCG que “es importante encontrar un modelo alternativo de coexistencia harmónica en estos momentos (los eventos e la COP).”
La Mesa también trabaja en problemas relacionados al género en la gobernanza climática Ana María Castañeda representa ASOCUCH en el MICCG desde el 2014, y su trabajo se enfoca principalmente en el papel de las mujeres Indígenas y su empoderamiento. “El empoderamiento de las mujeres Indígenas en el manejo de los recursos naturales puede ser trasmitido únicamente mediante el empoderamiento de sus derechos básicos” dice Ana María, cuando se le preguntó sobre el papel de las mujeres Indígenas en las políticas de adaptación y mitigación al cambio climático. Ella continúa: “Este es un gran problema en Guatemala: la mayor parte de la tierra es propiedad de hombres, y si queremos involucrar a las mujeres en la gobernanza climática, necesitamos empezar ayudándolas a ser propietarias de recursos básicos como la tierra para que cultiven su sustento”.
Representantes del MICCG también participaron en la elaboración del Primer Informe de Evaluación del conocimiento sobre el cambio climático en Guatemala, publicado en el 2019 por la Universidad del Valle. En este reporte, Ramiro Batzín y los co-autores escriben que “El conocimiento, experiencias y tecnologías Indígenas son una alternativa para enfrentar los impactos del cambio climático en Guatemala. La creación de sistemas interculturales que considera que tanto tecnologías modernas y conocimientos tradicionales son fundamentales en el contexto de una Guatemala multicultural”.
Los agricultores de subsistencia de Guatemala y los Pueblos Indígenas viviendo en comunidades rurales pobres son los más vulnerables y los más afectados por los impactos del cambio climático. Lo vimos durante y después de la llegada de los huracanes Eta y Iota el pasado noviembre, por ejemplo, y lo vemos durante las inundaciones que afectaron el corredor seco y otras regiones vulnerables. Desafortunadamente, las proyecciones del clima muestran que eventos como estos van a ser más extremos y más frecuentes. Involucrando a los Pueblos Indígenas no solo en la gobernanza de su tierra, sino que también en la elaboración de estrategias climáticas futuras, lo cual es fundamental para alcanzar un desarrollo sostenible en un clima cambiante en Guatemala y en la región Mesoamericana completa.