El reto de reducir la basura
Por Rocío Palacios Castellanos
Todos los días compramos y consumimos productos que generan desechos. No existe un guatemalteco que hoy pueda decir que no generó “basura”. La palabra está entre comillas porque cuando usamos un recipiente para disponer de todos los desechos y residuos mezclados, lo hacemos sin pensar demasiado y entonces, todo se convierte en basura. Al contrario, si clasificamos nuestros desechos, abrimos una dimensión de nuevas oportunidades para estos materiales y damos lugar a la economía circular.
La disposición final de desechos de manera no controlada genera los basureros a cielo abierto. Los de mayor riesgo son los basureros clandestinos, en donde se depositan residuos sin tener ningún control ni protección, lo que afecta lugares abandonados, arroyos, barrancos y otros espacios no apropiados para esto. Incluso en algunos de estos basureros los desechos son quemados intencionalmente como forma de reducir su volumen. Un tercio de todos los residuos urbanos generados en América Latina y el Caribe terminan en un basurero o en algún entorno natural , una práctica que contamina los suelos, el agua y el aire y afecta la salud de los habitantes. De acuerdo a la Organización de Naciones Unidas ONU, la poca capacidad de reciclaje es otro de los retos que afronta la región.
En Guatemala, la poca cultura de la gestión de residuos y el escaso interés por la reducción de desechos se evidencia en el aumento de los basureros. Según la publicación «El manejo de los desechos sólidos: una prioridad pendiente en Guatemala”, compartida el 21 de mayo de 2021 en el sitio Agexport Hoy. En el país se contabilizan 69 vertederos abiertos, 10 bajo control, 15 rellenos sanitarios y más de 2,300 basureros clandestinos; todos para una población de 17 millones distribuida en 340 municipios.
El documento de Agexport Hoy también expone: “Es indudable que esta falta de gestión de los residuos está generando severos impactos a los ecosistemas naturales y por ende a la calidad de vida del guatemalteco. Esto pone de manifiesto el problema de contaminación, dado que la naturaleza ya sobrepasó la capacidad para restaurar su ciclo natural debido al creciente volumen de desechos vertidos sin control, lo que igualmente pone en riesgo la salud y la economía. Ejemplos de esta contaminación se ven a diario; los sitios más icónicos son tristes representantes de la contaminación, sus efectos y la indolencia de la población; lagos de Amatitlán y Atitlán, ríos Villalobos, Las Vacas, Samalá, Motagua, Achihuate, María Linda, barrancos citadinos, etc. Estos desechos no permanecen estáticos y eventualmente se acumulan en las áreas marino costeras, donde generan impactos significativos en el ecosistema marino”.
La mayoría de lugares en Guatemala, no posee un sistema de gestión de desechos sólidos, por lo que el tren de aseo municipal solo recoge la basura sin que los vecinos la clasifiquen y la traslada finalmente a un vertedero donde no existe ningún sistema de tratamiento para estos desechos. En general los ciudadanos no saben dónde está el vertedero de su localidad como tampoco conocen el lugar final de disposición de los residuos que generan. De hecho, muy pocas personas saben dónde están ubicados los basureros municipales y aún menos, conocen el sitio de la disposición final de sus desechos.
Varios municipios del departamento de Sacatepéquez trasladan sus desechos al vertedero del Km.22 CA-9 en el municipio Villa Nueva en el departamento de Guatemala. Los camiones viajan al menos 40 km (ida y vuelta) y por eso las municipalidades consideran el manejo de los desechos como un gasto. En Quetzaltenango, la comuna recolecta a diario 240 toneladas que después traslada al basurero. Una publicación del medio digital Ojoconmipisto expone que la comuna gasta al año, 7 millones 378 mil 332 quetzales en el arrendamiento de 30 camiones recolectores de basura.
Según el Código Municipal, la basura es responsabilidad de las municipalidades, pero cuando hay 70 toneladas de desechos o más, en menos de una semana, es notorio que el problema es ¡GIGANTESCO!
En agosto de 2021 el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN) publicó el Acuerdo Gubernativo 164-2021, que establece como fecha límite el mes de agosto 2023 para que los ciudadanos aprendan a separar sus desechos. Por el momento se solicita una clasificación primaria, es decir separar los desechos orgánicos y los inorgánicos. El mismo documento establece que, a partir de agosto 2023 se solicitará llevar a cabo la segunda clasificación, que solicita separar otros materiales aprovechables como: vidrio, papel, cartón, aluminio, etc.
Este acuerdo, además de proporcionar los lineamientos para gestionar correctamente los desechos sólidos, busca dignificar la labor de los recolectores a través del establecimiento de regulaciones para el uso de equipo de protección, pago de salarios dignos, cambios en la iluminación y ventilación y camión recolector y otros. Lo anterior es importante pues en la actualidad los recolectores cumplen una ardua labor en condiciones deplorables.
El tiempo pasa y solo 59 municipalidades de Guatemala tratan adecuadamente sus desechos sólidos. Según datos publicados en el medio digital Ojoconmipisto el 3 de junio de 2022.
La más reciente caracterización de desechos realizada en tres comunidades de Antigua Guatemala, en el departamento de Sacatepéquez, expone estadísticas similares a las tomadas en otros departamentos. Estos estudios demuestran que 51% de los residuos domiciliares consiste en residuos orgánicos, el 33 % son materiales reciclables o aprovechables y solo el 16% restante, corresponde a desechos sólidos que no pueden ser aprovechados. Esto demuestra que desde casa, es factible gestionar los desechos orgánicos usando una compostera y luego entregar los materiales reciclables separados al camión recolector. Con ello se estaría reduciendo hasta un 84 % de la cantidad de residuos que llegan al sitio de disposición final.
Materiales complicados
Existen desechos que por su constitución o estado no son reciclables o su proceso de reciclaje es muy complicado. Algo importante de saber es que todos los utensilios y materiales desechables son basura, si un cartón está manchado con grasa o restos de comida, no se puede reciclar. Además, el duroport es un material nocivo para la salud humana cuando entra en contacto con alimentos o bebidas calientes y este es un material que no se recicla en Guatemala.
El Tetra Brik es un buen ejemplo de algo que no se puede reciclar completamente. Este material lo vemos en las cajas de leche o jugo, y consiste en una superposición de capas de papel, plástico y aluminio. En México, separan el aluminio de las demás capas y luego lo transforman en tejas o tapas de cuadernos. Otros materiales desechables que tampoco pueden ser reciclados son los empaques traslúcidos que generalmente se utilizan para transportar pasteles u otra comida para llevar.
Conocimientos básicos para reciclar
Las autoridades municipales y todos los ciudadanos deben aprender sobre los materiales que se pueden reciclar:
El vidrio es un material inerte, que viene de arenas silicas, es 100 % natural, no altera el sabor de los alimentos y es infinitamente reciclable. El aluminio es un material que puede ser reciclado hasta 30 veces. Cualquier metal es valioso para la industria y tiene una buena cadena de recuperación.
Existen varios tipos de plástico, usualmente los que presentan características duras y gruesas son reciclables. El PET (Tereftalato de polietileno) es un tipo de plástico número 1, que es utilizado como materia prima para la fabricación de todas las botellas de bebidas carbonatadas, energéticas o de agua. Este material es 98 % reciclable, y existen plantas de reciclaje en Guatemala para tratarlo.
El papel y cartón son materiales que deberían ser separados de todo lo demás materiales. Pueden ser reciclados e inyectados fácilmente de vuelta a su cadena de recuperación, pero los mismos deben estar secos y sin restos de alimentos.
Cada vez que sea posible, se debe evitar el uso de materiales desechables o evitar comprar cosas que no se necesitan. Es mejor reparar, antes de correr a comprar cosas nuevas y mandar lo dañado a la basura y reutilizar es una práctica que se puede retomar pues es algo que era popular décadas atrás.
Es posible
En Antigua Guatemala la organización #HaciendoEco llevó a cabo un plan piloto con 10 restaurantes; los empleados de esta empresas fueron capacitados y a cada empresa se proporcionaron recipientes rotulados para depositar los desechos. Las personas clasificaron los desechos por primera vez y lo hicieron bien. El resultado, demostró que se recuperaron 6,564 libras de materiales reciclables que luego fueron gestionados correctamente e inyectados a la economía circular.
Rocío es ingeniera civil, emprendedora social y activista por el clima. Trabaja con #HaciendoECO en donde crea nexos con gobiernos locales para mejorar la gestión integral de residuos sólidos.