Agua, tierra, defensores y minería: El caso de la CGN en El Estor, Izabal
Por: Carol Ixtabalan
¿Qué no podemos sacar de la naturaleza que no sea útil en nuestra vida? Todos los productos que consumimos se derivan de la madre tierra, desde los alimentos que consumimos hasta los teléfonos celulares, cuya compra es demandada especialmente por aquellos a quienes les gusta adquirir los modelos de última tecnología para estar a la moda. Estos aparatos, utilizan en toda su producción una variedad de minerales para ser elaborados, y es aquí donde la minería lo queramos o no en nuestras vidas.
La minería es un tema sensible, pues a partir de ella se generan daños ambientales y sociales. Y aunque a todos nos “beneficie” la minería, no todos sufren de igual manera las consecuencias de dicha actividad. Las poblaciones indígenas y rurales son las más afectadas por esta actividad, por lo que explicarle a un individuo promedio, cuya vivienda y área de movimiento se encuentra lejos de lo que pasa alrededor de las mineras, es un tanto difícil. No son pocas las voces que defienden la minería a capa y espada, alegando que ello trae grandes beneficios económicos al país.
Sin embargo, el “ciudadano común” no es el único obstáculo para ver no sólo los pros sino también los contras de esta actividad. En el negocio, se ven involucrados intereses políticos y elitistas, lo cual lo hace un asunto aún más difícil de tratar. Uno de los casos más controversiales, ha sido el de la mina CGN Pronico, quienes se encargan del proyecto Fénix para la se lleva a cabo la extracción de níquel. De acuerdo a Moisés López*, comunicador comunitario del Estor, Izabal, este proyecto no solamente extrae níquel sino también las llamadas tierras raras.
¿Y qué son las tierras raras? Pues en realidad no son tierras, sino los minerales cuyos símbolos están ubicados en la parte inferior de la tabla periódica de los elementos. Minerales difíciles de extraer y de separarse de sí mismos y que representan nuevas oportunidades para el desarrollo tecnológico, motivo por el cual volcanes de tierra en bruto son enviadas vía marítima hacia Asia y Europa. ¿Cuáles son estas tierras exactamente? Pues no se tiene la información concreta, debido a que no existen controles rigurosos; ni siquiera el Ministerio de Energía y Minas lo sabe.
Todas estas actividades mineras, desde la exploración hasta el transporte tienen serias consecuencias en las poblaciones aledañas al sector minado, pues los recursos naturales, principalmente el recurso hídrico, los nacimientos de agua son afectados por la explotación minera. En el Barrio Nuevo en el Estor se denunciado que las actividades de extracción se acercan cada vez más al nacimiento de agua del cual ellos se abastecen; sin embargo, las entidades estatales no han tomado acciones en cuanto a estas denuncias. Además de eso, los cerros que rodean las comunidades, pierden su cobertura forestal y ahora no son más que pilas de tierra, sin vida. Por ejemplo, un famoso cerro conocido como “las nubes” considerado como sagrado para la población, se perdió por completo. Esta situación empeora la disponibilidad del recurso vital: el agua potable no es un recurso constante en este municipio.
El Estor un lugar rodeado por el maravilloso lago de Izabal, por lo que es irónico que su población carezca de agua potable. Esta situación se prolonga y agudiza aún más en la actualidad, ya que la disponibilidad de este líquido es irregular y no hay un horario específico para su disponibilidad para las familias de varias comunidades. Esto afecta gravemente sus actividades diarias, puesto que, en tiempos como es de vital importancia tener disponibilidad de agua para mantener medidas de higiene y así evitar el contagio por la COVID-19, por lo que la situación no es fácil para las personas que habitan estos lugares. Ese malestar ha hecho que tanto la población, con el apoyo de algunas entidades se organicen para hacer notar su inconformidad e informar sobre las necesidades que presentan.
Activistas defensores de los recursos naturales y de los derechos humanos e indígenas son aliados en estos movimientos. Su propósito es apoyar y asesorar a los pobladores en las denuncias de anomalías, problemas en sus comunidades, injusticias, crímenes ambientales, y dado que esto se interpone con los intereses de algunos empresarios, son intimidados, criminalizados y amenazados. Años atrás, un incidente que ocurrió con la asociación de pescadores que denunció la contaminación del lago de Izabal, hizo que se involucrara a la asociación en la lucha, ya que debido a las denuncias para que la mina no continuara con sus actividades extractivistas, se criminalizó a la asociación, cuando éstos sólo cumplieron con su papel de comunicadores, dándole el espacio a la asocación de pescadores del Estor.
El año pasado también hubo un allanamiento en las oficinas de la Asociación Estoreña para el Desarrollo (AEPDI) y la radio comunitaria Xyaab’ Tzuultaq’a, realizada por el ejército de Guatemala, la Policía Nacional Civil y el Ministerio Público. A pesar de lo ocurrido, estas organizaciones siguieron con sus actividades de acompañamiento de denuncias. De manera más reciente, se puede mencionar el robo al periodista Carlos Choc, quien investigaba la problemática que enfrentan los pobladores del municipio El Estor ante la poca disponibilidad de agua y la urgencia de obtenerla para evitar la propagación del coronavirus. Una investigación fue exigida para esclarecer el delito porque existían indicios de censura, pero hasta el momento no hay avances en ello.
El mes pasado, tanto la asociación como la radio recibieron amenazas por parte de trabajadores suspendidos de CGN, quienes fueron removidos de sus funciones debido a que la minera no pudo trasladar materia prima para continuar con sus operaciones por bloqueos de otros trabajadores despedidos anteriormente, quienes pedían mejores condiciones laborales. Afuera de las instalaciones de AEPDI, este grupo de ex trabajadores se aglomeró y amenazó con quemar el lugar, gritando los nombres de comunicadores de la radio y de los trabajadores de la asociación, culpándolos por los despidos y suspensiones realizadas por la minera. En el comunicado CGN explicó que una de las causas de las suspensiones de contratos se debía a la «conflictividad del municipio», sin responder directamente sobre su responsabilidad hacia dichos ex trabajadores.
Indudablemente, la minería está presente en muchos de los productos que utilizamos en la vida diaria. Pero también sabemos que algunas empresas mineras, han encontrado en Guatemala, tierra fértil para obtener ganancias desmesuradas, sin importarles afectar a las poblaciones que viven en los lugares donde son instaladas las mineras. Son muchos los motivos por los cuales debemos proteger los recursos naturales y luchar por los derechos humanos de toda la población de Guatemala. El hecho de que las actividades de minería se lleven a cabo en un departamento o municipio lejano al nuestro, no evita que nos afecte en cualquier momento. Apoyar a las poblaciones afectadas mediante la divulgación de la información, apoyo legal o cualquier tipo de ayuda es una manera de cuidarnos entre todos y de convertirnos en defensores no sólo de nuestros recursos naturales, sino de nuestros derechos humanos.
*El nombre del comunicador fue cambiado con el fin de proteger su integridad física.
Foto de portada: Mina CGN Pronico, de Diego Alvarado