La migración, su única esperanza
José Racancoj
La falta de oportunidades laborales, así como el limitado acceso a la educación o a la salud, influyen en que los adolescentes y jóvenes de comunidades rurales de Quetzaltenango busquen migrar. Esta es la historia de 7 de cada 10 jóvenes del Valle de Palajunoj.
La migración irregular es una problemática local, nacional y latinoamericana, un fenómeno social multicausal y multidimensional, que tiene un mayor impacto en las poblaciones cuyos derechos humanos son más vulnerados.
La falta de oportunidades laborales para generar ingresos económicos dignos es una de las principales razones por las que las personas abandonan su territorio en búsqueda de nuevos horizontes que les permitan mejorar sus condiciones de vida.
Pero el derecho al trabajo no es el único que se ve vulnerado y que empuja a una migración irregular, pues también las limitaciones en los derechos a la educación, a la salud, al acceso a servicios básicos como agua y drenajes, influyen. A eso se suma la reunificación familiar, como una forma de satisfacer las necesidades emocionales y afectivas de las personas.
Esta es una realidad que viven adolescentes y jóvenes de las 10 comunidades del Valle de Palajunoj, que enfrentan a diario diversas limitaciones. El Valle de Palajunoj es el área rural más grande de Quetzaltenango, en el occidente de Guatemala.
Según un sondeo realizado en el Valle por la asociación Aldeas Infantiles SOS Guatemala, como parte del proyecto SOS Juventudes en Acción, se determinó que 7 de cada 10 adolescentes y jóvenes de entre 15 y 29 años tienen la intención de migrar. De ellos, más del 90 % lo haría por el tema económico.
“Esto obedece a la falta de oportunidades. Los jóvenes viven en comunidades excluidas del desarrollo social. En el Valle, de las 10 comunidades, hay al menos una que no tiene agua, hay comunidades sin drenajes, los caminos son de tierra, el acceso a la educación es limitado, el derecho a la salud es vulnerado”, comentó Brenda Itzep, de Aldeas Infantiles SOS.
De acuerdo con la asociación, hay otros factores que también influyen en la migración irregular, como la violencia intrafamiliar y el deseo de cumplir el llamado “sueño americano”, por influencia de personas que han migrado antes.
Alianzas, como una solución
La migración es un derecho de toda persona, pero hacerlo de manera irregular pone en riesgo la vida durante el trayecto, refirió Julio Agustín, representante de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Como parte del proyecto, con financiamiento de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), se busca abordar las causas estructurales de la migración irregular de adolescentes y jóvenes de Quetzaltenango a través del acceso a oportunidades de generación de ingresos, educación y mejoras de su entorno social.
“Consideramos que para abordar las causas fundamentales es necesario la unión de varios actores, buscamos alianzas y encontrar puntos que nos permitan ayudar a la juventud de Quetzaltenango”, refirió Agustín. En un encuentro con empresarios, se les presentó el proyecto con el fin de que se sumen y puedan darle oportunidades a jóvenes del Valle. Ya sea con empleos, pasantías o capacitaciones que les permitan fortalecer sus habilidades.
Laura Peralta, coordinadora de alianzas interinstitucionales de Aldeas Infantiles SOS, indicó que este proyecto busca prevenir la migración irregular y hacer que los adolescentes y jóvenes se queden en Quetzaltenango. Se trabaja en tres dimensiones: lo laboral, educativo e incidencia en la política pública.
A nivel educativo, la asociación firmó un convenio con seis establecimientos educativos públicos y privados para otorgar becas a jóvenes del Valle de Palajunoj.
En total, 30 adolescentes recibirán becas completas de estudio. Incluyen inscripción, mensualidades y materiales, así como equipo que requieran para clases en modalidad virtual.