Educación para evitar la migración de niños y adolescentes
Por EntreMundos
Debido a las condiciones socio económicas de Guatemala, muchas niñas, niños y adolescentes guatemaltecos están cambiando sus vidas emigrando irregularmente hacia Estados Unidos. Según el Instituto Guatemalteco de Migración, de marzo a diciembre del 2020 se registraron 1,687 menores migrantes no acompañados, mientras que, de enero a octubre de este año se registraron 4,014 menores migrantes no acompañados (sin contar a niños acompañados), por lo que se evidencia que esta fenómeno va en aumento.
La migración ocurre generalmente de manera forzada, ya sea como escape a las condiciones de pobreza o inseguridad en que viven los menores (violencia por pandillas o violencia intrafamiliar) o porque sus padres o cuidadores los convencen u obligan a migrar ya sea para conseguir un trabajo y enviar dinero, o para reunirse con familia en Estados Unidos. Aún cuando un menor decide migrar por su propia voluntad, lo cierto es que con oportunidades dignas de vida, educación y un seno familiar integrado, muy pocos arriesgaría su bienestar por un viaje con muchas dificultades y un destino incierto.
Por otro lado, como en todo el mundo, la pandemia impactó fuertemente en Guatemala en el tema educativo, debido a su alto déficit en tecnología. En las escuelas públicas, muchos de los estudiantes no tienen acceso a computadoras y no cuentan con servicio de internet en casa, por lo que la educación a distancia representó un gran obstáculo. Debido a estas limitantes la deserción escolar aumentó en un 14.6%. Según el Ministerio de Educación, en el 2020 se inscribieron 4 millones 140 mil 158 estudiantes en los niveles de preprimaria, primaria, básico, diversificado y primaria para adultos, mientras que, en 2021 se contabilizaron 3 millones 535 mil 369. Es decir, una diferencia de 604 mil 789 estudiantes.
Frente a ambos problemas, la Asociación para la Creatividad y el Desarrollo de los guatemaltecos (ACD) está trabajando con niñas, niños y adolescentes de la zona 10 en Quetzaltenango cuyas condiciones son vulnerables y/o de violencia, las cuales los obliga a pensar que la inmigración irregular es la solución a sus problemas. Dentro de las acciones de trabajo de ACD, se encuentra el desarrollo de un programa de educación integral, que permite que los niños, niñas y adolescentes desarrollen habilidades tanto físicas como cognitivas a través de la recreación y la retroalimentación después de clases. El proyecto busca estimular la creatividad y el desarrollo de habilidades sociales para fomentar el aprendizaje y fortalecer así sus capacidades.
ACD implementó también un área de cómputo permitiendo que los niños puedan llegar a la Asociación y continúen recibiendo sus clases, junto a la continuidad de su programa regular de educación integral. Así mismo, con el apoyo de EntreMundos, elaboraron recientemente un mural para promover la educación en la niñez y juventud y crear conciencia para evitar la migración. El mural muestra la imagen de un maestro y tres niños recibiendo clases; el primer niño está pensando en los Estados Unidos para mejorar su situación económica; la segunda niña está pensando en una computadora porque no cuenta con este equipo, y la tercera niña presta atención a la clase sobre reciclaje y cuidado del medio ambiente. En la parte izquierda del mural se encuentran dos niños jugando con una pelota en compañía de un perro, lo cual representa el derecho a jugar en ambiente libre de violencia.
Yazmin Monterroso, coordinadora del proyecto ACD menciona: “Aunque, el proceso es arduo y largo, apoyar a la comunidad de Pacaja, Zona 10 de Quetzaltenango ha permitido que más de 70 niñas, niños y adolescentes tengan la oportunidad de seguir estudiando y puedan mejorar sus condiciones de vida evitando así el involucramiento en maras o en el crimen organizado”. El esfuerzo de la ACD ha sido grande y satisfactorio.
Pequeñas acciones como ésta quieren reflejar que la educación es un derecho al que todos y todas deben acceder, y que al garantizarla se aborda de raíz una de las causas que generan la migración y el involucramiento a las pandillas. Para ACD es muy satisfactorio visualizar y evaluar que las niñas, niños y adolescentes que conforman el programa han ido obteniendo avances en las clases; además, muchos de ellos entran sin saber leer ni escribir y conforme participan en el programa van aprendiendo gracias a la atención integral y personalizada que reciben.
Ahora ACD espera habilitar pronto su escuela de vacaciones, que en años anteriores ha logrado atender de 80 a 120 niños en los meses de noviembre y diciembre de cada año, brindando cursos recreativos, manuales y reforzamiento de matemática, comunicación y lenguaje. Mientras tanto, esperan remodelar la cancha de fútbol que es parte de la recreación de todos los niños. Esperamos que estas acciones continúen para el beneficio de todos los niños, niñas y adolescentes, ya que creemos que la educación es base fundamental para la transformación de mentes y desarrollo de los menores, garantizando un mejor futuro para los mismos.