PLAN GRANDE: Una Historia del Territorio Q’eqchi’
Por: Carol Ixtabalan
“La tierra es la piedra angular del edificio social guatemalteco, porque en ella se ha forjado la riqueza y la opulencia de algunos y la miseria y abandono de la gran mayoría”. Con estas palabras, inicia el cortometraje Plan Grande: Una historia del Territorio Q’eqchí’, de Rafael González, la cual es la primera muestra del 5to Festival de cortos y cierre de la campaña de +Visibles+Segur@s de UDEFEGUA, con el fin de comunicar, divulgar e informar a la población en general sobre el problema de criminalización y agresión en contra de quienes defienden los derechos humanos.
Plan Grande, narra cómo el Pueblo Q’eqchí’ ha luchado contra el despojo de tierras por parte de grandes empresas, además de la explotación laboral y la injusticia social como consecuencias del abandono del Estado. A lo largo de la trama, un hombre Q’eqchi’ narra cómo su padre salió de la comunidad “Murciélago”, atravesando los bosques y las montañas, perdiéndose en una vasta planicie. De ahí se origina el nombre de esta comunidad, Plan Grande, un lugar que como muchos en este territorio del norte de Guatemala, han sido afectadas por el abuso de terceros y despojo de tierras.
La afectación a Plan Grande, inició cuando se introdujo en su territorio la Industria Bananera en 1978, lo que creó expectativa en la población al presentarse una “gran oportunidad” por el establecimiento de empresa en el lugar, ofreciendo empleo de por vida a los adultos y sus futuros hijos. Resultó ser una verdad a medias, pues a pesar de que hubo trabajo, (muy duro y exigente), no contaron con una buena remuneración por su trabajo.
Alberto Chub Caal, defensor de los derechos indígenas y humanos, narra que, en el 2008, 30 años después de la instalación de la bananera, llegó a la comunidad la Institución Campo a Campo, que les habló sobre sus derechos laborales y la obligatoriedad de un pago justo. Fue ahí cuando las personas comenzaron a ser más conscientes del valor de su trabajo y comenzaron a exigir lo que por derecho les correspondía, pues como relatan algunos hombres Q’eqchi’, “el pago era entre Q35-Q38 por jornal trabajando alrededor de 12 horas diarias, o Q250 por quincena”. Esta cantidad es insuficiente para sobrevivir, mucho menos si se tiene una familia.
El inicio de peticiones por derechos laborales, trajo obstáculos a la bananera, y como solución ellos se han apoyado de personas en puestos importantes en el gobierno, lo cual les facilita la represión a las comunidades indígenas y el despojo de sus tierras. Se ha llegado al punto de quemar sus hogares y cultivos, procesos en los cuales ha intervenido la policía nacional civil.
Expertos en la materia interpretan estos despojos como un nuevo ciclo de apropiación privada de tierras, un proceso que se ha dado desde tiempos de la colonia y que perduran hasta el día de hoy con el propósito de impulsar megaproyectos de minería, monocultivos o hidroeléctricas. Por este motivo, Alberto Chub Caal defiende firmemente los derechos de las comunidades indígenas, quienes se alimentan y viven de la tierra que siembran y a quienes les provee de muchos recursos para subsistir. Alberto Caal, fue denunciado por asociación ilícita en un intento de acallar la voz del pueblo; y luego de dos años y meses de estar en prisión, fue liberado, demostrando que era inocente.
Esta es la historia de muchos defensores de los recursos naturales y de los derechos indígenas en Guatemala y en toda América Latina. Las personas que alzan su voz para defenderse y defender a quienes no pueden, son reprimidos por quienes se aprovechan del poder.
“La tierra es un derechos humano, es ‘nuestra madre’ porque nos da de todo.”
Puede ver “Plan Grande” en el canal de youtube de UDEFEGUA.
Foto: James Rodríguez. Desalojo en El Estor