10 años de la alerta Alba-Keneth …y la niñez en Guatemala sigue desprotegida
Por: María Recinos
El pasado 17 de enero, Hillary Saraí Arredondo de León, de tan solo 3 años de edad fue reportada como desaparecida. Un día después, su cuerpo fue hallado semi enterrado, sin ropa y con señales de violencia sexual. Apenas unas semanas después, el 10 de febrero fue encontrado el cuerpo de Sharon Figueroa Arriaza, de 8 años, quien había desaparecido un día antes mientras jugaba con su bicicleta en la parte posterior de la vivienda, en el departamento de Petén. Fue estrangulada y golpeada.
En el caso de Hillary, la Policía Nacional Civil (PNC) capturó a un hombre, a quien se le acusó del atroz crimen. Dos días después, se declaró que 3 hombres podrían estar implicados. Mientras, el Ministerio Publico (MP) solicitó la reserva del caso y la procuraduría de Derechos Humanos (PDH) abrió un expediente para verificar las acciones de las autoridades por el asesinato de la menor. En el crimen de Sharon, la policía capturó a una mujer y a su hijo como posibles responsables del asesinato. Ambas niñas fueron reportadas bajo la alerta Alba-Kenneth, que permite reportar a menores como desaparecidos antes de que pasen 24 horas.
El Congreso de la República creó la Ley Sistema de Alerta Alba-Kenneth en el 2010, gracias a la lucha de los padres de Alba Michelle Díaz, quien desapareció un 14 de junio de 2007 y cuyo cuerpo fue hallado sin vida y con señales de violencia; y de Kenneth Alexis López de 4 años de edad, quien desapareció el 16 de diciembre de 2009 y fue encontrado enterrado en el patio de una casa vecina. Las responsables de dichos crímenes fueron mujeres, quienes enfrentaron juicio y fueron condenadas a prisión por el secuestro y asesinato de los menores.
A pesar de la creación de esta ley, se repite la historia de los asesinatos de niñas y niños año tras año. De acuerdo a la Unidad del Sistema de dicha alerta, del 11 al 24 de febrero del 2021 se han activado 141 alertas por la desaparición de niñas, niños y adolescentes en el territorio nacional. A finales de febrero, 86 de estas alertas permanecían activas. La tendencia de alertas de desaparición de mujeres menores es evidente: por cada diez veces que se activa, siete son casos de niñas y adolescentes mujeres.
¿Cuántas alertas Alba-Kenneth se necesitan activar para que el Estado priorice la seguridad de los niños y niñas? ¿Cuánta violencia debe haber en contra de ellos y cuánto dolor deben sufrir algunas familias guatemaltecas para que la sociedad reaccione ante el problema? (y no sólo en redes sociales). Exigimos fortalecer el sistema de protección de los niños y niñas y adolescentes, y castigar a los responsables de los crímenes cometidos hacia ellos. Como guatemaltecos, debemos exigir que las autoridades y las instancias encargadas actúen lo más pronto posible cuando se active una alerta. Sabemos que el trabajo y esfuerzo que realizan es de suma importancia para su pronta localización, pero se necesita la coordinación eficiente y eficaz de todas las instancias involucradas no sólo para resolver casos, sino para prevenirlos.
Las organizaciones no lucrativas que trabajan y velan por los derechos y protección de los niños no deben perder las esperanzas por ver un mundo mejor para ellos. El trabajo es duro y la transformación se sigue construyendo. Estamos conscientes que el sistema en Guatemala necesita grandes cambios, como también verdaderas mentes para que la niñez y adolescencia crezca segura y con oportunidades. A las comunidades, a las ciudades, a usted que lee este artículo, hacemos un llamado para hacer un esfuerzo y organizarse para evitar este tipo de hechos, con el fin de proteger la integridad y denunciar cualquier tipo de violencia en contra de los niños y niñas y adolescentes.
Foto de Portada: Ingmar Zahorsky