El mundo en general: Ayuda (Inter)Nacional
Blake Nelson
Nunca es una buena idea criticar a tu jefe públicamente.
William Easterly era economista de éxito en el Banco Mundial hasta que fue despedido por escribir un libro en el que denunciaba la falta de efectividad en Cooperación Internacional ( y el Banco Mundial sabe muy poco acerca de Cooperación Internacional). El respondió con el irónico título “La carga del hombre blanco”, donde continuó criticando a los países industrializados por el dinero que “ha hecho tanto malo y tan poco bueno” en el mundo desarrollado.
Siendo especialmente duro con las organizaciones occidentales que imponen desde arriba soluciones en los países más pobres, sin ni siquiera escuchar las voces locales.
En un primer momento la organización sin ánimo de lucro “Aguas de Unidad” parece caer en los mismos errores que las otras compañías. Solicitando donantes internacionales para construir sistemas de filtración de agua por todo el mundo, los más críticos podrán preguntarse como ingenieros americanos tienen
problemas sistemáticos en países como Guatemala.
Introducir a Salomón Hernández.
Pastor y hombre de negocios en Chiquimulilla, Hernández ha oído hablar de la reputación de la organización “Aguas de Unidad” por responsabilidad fiscal y sustentabilidad, además para su seguridad, por su módico precio. Guatemala, como muchos países en desarrollo, está lleno de familias que normalmente tienen que elegir entre comprar comida o comprar una botella de agua (y si
eligen la primera opción, la única agua que pueden conseguir está contaminada).
Muchas de estas familias viven cerca de la iglesia de Hernández, por lo que él quería hacer algo más que evangelizar.
En enero pasé conduciendo varios días con Hernández, su familia, y algunos miembros de su iglesia a través de Santa Rosa. Dos cosas eran extremadamente obvias: el sur de Guatemala tiene un gran problema de agua. Pero lo que Hernández y ‘Aguas de Unidad’ están haciendo es parte de la solución. Él y su iglesia, ninguno de los dos extremadamente ricos, pagan por el sistema de filtración de agua sin ninguna ayuda externa, por primera vez en la historia de
‘Aguas de Unidad’. Venden cientos de bidones de 5 galones de agua, y aunque cobran un 75% menos que Salvavidas obtienen un margen de beneficio suficiente para poder poner en marcha más sistemas de filtrado.
Guatemala, al igual que muchos países en desarrollo, ha sido arrasada por corporaciones poderosas que no rinden cuentas ante nadie. Pero la presencia de ‘Aguas de Unidad’ es un gran ejemplo de capitalismo que encaja. Aguas ofrece un producto que es es mejor y más barato que el de la competencia, lo que obliga a bajar los precios aquí y en más sitios.
Gracias a líderes locales como Hernández que desean hablar por los más pobres, y grupos como ‘Aguas de Unidad’ que están dispuestos a escuchar, Chiquimulilla es un ejemplo de liderazgo local y beneficios locales. No existe una solución rápida para la pobreza. Pero acceder a agua limpia y barata parece el lugar perfecto para empezar.
Occidente debería estar orgulloso.