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Agua y cambio climático en Guatemala según los expertos

Por Dr. Edwin Castellanos Co-Director, Centro de Estudios Ambientales y de Biodiversidad – Universidad del Valle de Guatemala Autor Principal del IPCC (ONU), Quinto Informe Mundial Sobre el Cambio Climático; y Paris Rivera, Climatólogo – INSIVUMEH (Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología, e Hidología).

(Extractos de la edición impresa Cambio Climático, 2015)

Dr. Edwin Castellanos:

El cambio climático se manifestará en nuestro país esencialmente como un problema de manejo de agua.

Los agricultores reportan que es más difícil ahora predecir el inicio y el fin de la época lluviosa. Los famosos zompopos de mayo cada vez se están convirtiendo más en zompopos de junio. Esto por supuesto ha aumentado considerablemente el problema de inseguridad alimentaria y hambrunas especialmente en el llamado corredor seco del país. (Nota editorial: la tasa nacional de la desnutrición infantil entre niños menores de cinco años es más de 40%.) El cambio climático traerá temperaturas más altas, lo que aumentará la probabilidad de tener regiones áridas y con menor productividad agrícola.

Así como hemos tenido deficiencia de lluvias en los últimos dos años, en la década pasada las variaciones de clima se expresaron como un aumento en los eventos extremos de lluvia, no solo tormentas tropicales y huracanes, sino eventos de lluvias torrenciales que resultaron en inundaciones y deslaves con un saldo de muertos y damnificados muy considerable. Necesitamos entonces prepararnos para afrontar períodos intercalados de deficiencia de lluvia, a través de un aumento en nuestra capacidad de almacenamiento y movilización de agua, con períodos de exceso de lluvia donde tendremos que tener una mejor infraestructura para reducir los impactos de las inundaciones y la probabilidad de deslaves mortíferos.

La pobreza, entre otras cosas, hace que el país sea altamente vulnerable a los embates de un clima más extremo.

Mucha de la falta de agua ya observada en el país proviene del mal manejo que hacemos de este recurso vital, especialmente en cuanto a la contaminación de aguas superficiales al descartar nuestras aguas servidas sin ningún tratamiento previo. (Nota editorial: Reportajes recientes estiman que más de 90% de las fuentes de agua y más de 98% de los afluentes del país en Guatemala tienen contaminación bacteriológica.) Por tanto, el cambio climático pondrá una presión adicional para que Guatemala desarrolle una legislación adecuada para que podamos manejar y conservar mejor nuestro recurso hídrico.

Lee el artículo completo de Dr. Castellanos aquí.

Efectos de la sequía de 2015 en San José del Golfo, Guatemala. Foto: CONRED

Efectos de la sequía de 2015 en San José del Golfo, Guatemala. Foto: CONRED

Paris Rivera:

La canícula significa una reducción en lluvias dentro de la época de lluvias, comúnmente por entre 10 a 20 días en los cuales la lluvia es reducida significativamente o incluso sin lluvias. En los últimos años estos períodos cálidos y sin lluvia han sido más prolongados. Esta nueva tendencia se le atribuye al cambio climático. Se cree que el calentamiento global y cambio climático provocan eventos meteorológicos más intensos y recurrentes en Guatemala y en el mundo.

En 2014 Guatemala fue afectado por una sequía que provocó una canícula prolongada, con ausencia de lluvia de hasta 45 días según comentarios de pobladores. (Nota editorial: Según las autoridades gubernamentales se perdieron más del 70% de los cultivos de granos básicos del país, principalmente de pequeños productores, afectando directamente a más de un millón de personas y subiendo los precios de los alimentos, sobre todo en el Corredor Seco, donde el cambio climático ya había causado una pérdida masiva también en la otra fuente principal de ingresos, la cosecha de café, por medio temperaturas que favorecían la roya. Todo esto agudizó “la desnutrición en niños y niñas menores de cinco años y mujeres en edad reproductiva, aumentando el riesgo de conflictividad social y familiar e incrementando flujos de migración interna y al exterior” (“Reporte de Situación No. 1 Sequía”).)

En el futuro es de esperarse que, debido al cambio climático, las sequías y las canículas en Guatemala aumenten en intensidad, severidad, extensión y duración, incrementándose la frecuencia de su ocurrencia, así como la vulnerabilidad y el impacto en la población.

Anudado a eso las erupciones volcánicas, la quema de combustibles fósiles, la deforestación y la actividad industrial local del país, no solo contaminan nuestro entorno sino que aceleran los efectos de degradación ambiental que tendrá nuestro país debido al cambio climático.

Lea el artículo completo sobre las sequías aquí.

Foto de portada: Efectos de la sequía de 2015 en San José del Golfo, Guatemala. Foto: CONRED.

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