Pintando en Tiempos de COVID-19: El Arte como Homenaje a la Resiliencia Comunitaria durante la Pandemi
Por EntreMundos
El día miércoles 19 de agosto del 2020, se finalizó un mural en las instalaciones de EntreMundos como parte de la campaña de sensibilización sobre el tema de COVID-19. Este mural formó parte de nuestro proyecto “Fortaleciendo la resiliencia de las comunidades vulnerables con acciones de capacitación técnica a nivel transnacional de América Latina”. Entremundos puso en marcha la realización de este proyecto que contó con colaboración de un grupo de voluntarios, quienes desarrollaron, intercambiaron, seleccionaron ideas y llegaron a acuerdos para lograr esta obra, que ofrece la posibilidad de llevar el arte a los visitantes de EntreMundos y resalta la realidad guatemalteca en los tiempos de pandemia. Dicha actividad fue posible gracias a la organización WeWorld-GVC Guatemala.
El mural tuvo la contribución y coordinación del artista Wilson Adolfo Quiej, un joven con ocho años de experiencia en la pintura y que ha colaborado en diversos proyectos sociales. También se contó con la participación del Colectivo Jóvenes Artistas por la Justicia Social, el cual es un espacio de participación ciudadana para jóvenes que a través de diferentes formas de expresión artística promueven e inciden por un mejor desarrollo social, cultural, político y económico para Guatemala. Dichos voluntarios, fueron liderados por su representante, Thelma Suchi. Así mismo, se contó con la participación de Emmy de Paz, voluntaria independiente que se dedica al diseño gráfico y publicidad, y ha tenido participación en otros eventos sobre murales. El mural fue posible gracias al apoyo de Pinturas el Volcán quienes donaron la pintura para esta iniciativa.
El proceso del mural comenzó con una primera reunión entre el coordinador, los voluntarios y EntreMundos, recreando un boceto para hacer visible el tema principal del mural: La Resiliencia Comunitaria. Las ideas vinieron de la experiencia y vivencia de las personas en la ciudad y las comunidades ante la pandemia, resaltando actitudes positivas como la solidaridad, empatía y colaboración. El mural ilustra en una primera parte cómo la naturaleza va tomando espacio y recuperándose; se puede observar un jaguar, un quetzal y algunos animales en peligro de extinción. En otro plano, se plasman unas manos que sostienen un zanahoria; una que da y otra que recibe, bajo el lema de la solidaridad que el pueblo ha demostrado en estos tiempos y la importancia de los alimentos. Se ilustra también a una mujer con un bebé para destacar el trabajo de las comadronas, sobre todo hacia las mujeres embarazadas, ya que las mismas no han podido utilizar libremente los hospitales o centros de salud para sus controles prenatales, partos y cuidados postpartos, por temor al contagio del virus.
Por otro lado, se encuentra un árbol y un médico que representan la raíz y el bienestar de la salud como un homenaje al personal de salud, médicos, enfermeras-os, y todos los que trabajan en el ámbito de la salud, quienes han hecho lo posible por seguir atendiendo no sólo a los enfermos de covid-19, sino a aquellos que siguen necesitado de los servicios de salud. El homenaje quiere recordar a aquellos que perdieron la vida realizando su labor y aquellos que siguen con vida haciendo sacrificios; la imagen del árbol representa la esperanza de que pronto de reunirán y abrazaran a sus familias, pues muchos todavía no han tenido la oportunidad de reunirse con ellos.
En el mural también se puede observar a una vendedora con su producto en canastas (que es también la portada de nuestra pasada edición 114 “Sobreviviendo al Covid-19” de septiembre y octubre). Ella representa a aquellos que nos sostuvieron durante la pandemia, los vendedores de alimentos, incluyendo a aquellos que se organizaron en mercados cantonales y que, gracias a ellos, quienes no podían movilizarse por las disposiciones presidenciales pudieron abastecerse y a sus familias y al mismo tiempo apoyar a los productores de alimentos que también fueron afectados por la pandemia. Se incluye también la imagen de un hombre que habla de la implementación de huertos de hortalizas y la siembra de plantas medicinales, ambos como forma de prevención del Covid-19, para estar sanos y fortalecer las defensas inmunológicas.
Además de los elementos ya mencionados, se puede observar el fuego y los rostros de jóvenes que representan la esperanza ante estos tiempos difíciles. También hay varias frutas que representan las diferentes actividades que realizan las personas día con día durante la pandemia. Por último, se plasmaron unas manos saliendo de dos computadoras; esto representa el rol de la tecnología y cómo ella ha permitido que las personas se conecten dentro de la familia, el trabajo y la educación. Al final, se puede leer un texto de Briza Domínguez, una de las voluntarias, que dice así:” Que nada se detenga, porque con fe y esperanza la humanidad se levanta”
La realización del mural tuvo una duración de cinco días, con aproximadamente 7 horas diarias de de trabajo. La técnica utilizada fue el pincel y brocha, como explica Adolfo Quiej: “La pintura, la pared y el espacio se prestaron mucho para poder pintar el mural, lo cual permitió que hubiera colores mate y otros brillantes; así fue posible tener un contraste interesante”. El boceto fue realizado en blanco y negro a lápiz, y en base a éste se fueron creando los colores y el mural fue tomando forma. Los elementos de inspiración para destacar la idea principal del mural fueron la búsqueda de palabras como resiliencia, medicina natural, naturaleza, entre otras, y con ello se buscaron dibujos pequeños y grandes que tuvieran un impacto visual estético y armónico.
El mural ha logrado expresar diferentes puntos de vista y diferentes realidades en tiempos de pandemia, ya que cada persona se puede sentir identificada con algunos de los elementos plasmados en el mural, y ver cómo las comunidades, familias, personas y organizaciones sociales han unido fuerzas para salir adelante porque cada quien, desde el espacio donde se desenvuelve está aportando un granito de maíz. Hay lecciones aprendidas que nos han enseñado a valorar la vida y la naturaleza, y centrarnos en la solidaridad y la empatía y, sobre todo, en la capacidad de salir adelante, lo cual es el punto central de la resiliencia.
EntreMundos está contento de haber realizado esta actividad que incentiva el trabajo de los quetzaltecos y motiva a jóvenes voluntarios a apoyar la pintura y el muralismo. Creemos que los murales pueden generar impacto en la sociedad y motivar a tener actitudes positivas, ya que pueden transmitir mensajes poderosos para hacerle frente a problemáticas sociales. Por eso, es importante reactivar este tipo de arte realizando nuevos proyectos para la educación y la reflexión, y promoverlo lo mayor posible porque el campo para el arte aún es poco apoyado en Guatemala.
Cuando las condiciones de la pandemia mejoren, EntreMundos tendrá abiertas sus puertas para alguna exposición presencial para que quienes deseen, puedan conocer este mural. Mientras tanto, pueden ver más fotografías de esta obra en nuestro facebook e Instagram. Agradecemos a los medios de comunicación que dieron cobertura a la elaboración del mural (Guatevisión, Prensa Libre y Stereo 100) y esperamos que en el futuro puedan seguir apoyando el arte; además esperamos que siga habiendo voluntarios que puedan dar su tiempo, sus habilidades y buena energía para pintar y contar historias a través de los muros.