El porqué de la revista EntreMundos…
Por: Valeria Ayerdi
“Los medios independientes pueden llegar a donde el silencio habita y romper la barrera, hacen lo que las grandes cadenas corporativas se rehúsan a hacer.” Amy Goodman
Haber llegado a 100 ediciones bimensuales, suena bastante conmemorativo, incluso heroico. Tuve la oportunidad de ser editora de la Revista “EntreMundos” por un poco más de 9 años, y conozco muy bien lo heroico del asunto. No es sólo una revista, sino un proyecto auto sostenible, en cuyo espacio la libertad de expresión ha sido defendida una y otra vez. Es un vehículo (me atrevería a decir que el único en Guatemala) en el que las organizaciones no gubernamentales y comunitarias, que realmente fortalecen comunidades, empoderan mujeres, apoyan a hombres a ganar nuevas habilidades y protegen a los niños, tienen un espacio gratuito para darse a conocer.
La visión ha sido siempre, conectar y evitar que seamos islas, y unir, porque ya lo reza el dicho: la unión hace la fuerza. La revista no sólo ha logrado estar en circulación por 18 años consecutivos (sin dejar de haber sido publicada ni un solo bimestre), sino que además lo ha hecho con el esfuerzo de muchos voluntarios, minimizando con ello los costos, pero jamás la calidad, demostrando de esta forma que el sistema capitalista que nos rige, no es precisamente el que lo controla todo. Lo bello y lo humano, aquello que en realidad no tiene precio, ha sido el componente primordial de esta revista y ha sido el combustible que ha echado a andar este vehículo por tanto tiempo.
La evolución que ha tenido es digna de un caso de estudio. Corría el año 2001 y en los patios de la casa donde actualmente funcionan las oficinas de la Asociación Entremundos, la revista comenzó como un proyecto sencillo realizado por dos periodistas, de los que no sabemos el nombre, pues firmaban con un alias. Fue publicada solamente en inglés durante los primeros seis años. Luego, en el 2008, dio el salto y se convirtió en bilingüe, y a partir del año 2009 se perfiló más como una publicación activista enfocada a los derechos humanos y desarrollo. La revista siempre ha estado dedicada a dar voz a quienes normalmente no la tienen en los medios convencionales, siguiendo la escuela del periodismo de paz.
Gracias a los patrocinadores que en cada edición compran los diferentes anuncios en las páginas de la misma, la revista no tiene deudas con ninguna empresa o corporación, ni tampoco compromisos de ningún tipo con personas particulares, mucho menos con funcionarios políticos. Durante la época electoral, Entremundos siempre se ha mantenido al margen de vender publicidad a partidos políticos para que de esta forma, la revista sea libre de publicar la verdad y señalar cualquier anomalía que vaya en contra de la justicia y la transparencia.
Hoy más que nunca el activismo es necesario, y tanto los medios independientes como los activistas, se han convertido en vitales para despertar a la sociedad. En marzo de este año las balas le cortaron la vida a Marielle Franco, activista brasileña, defensora de los derechos humanos. Hace dos años, en marzo también, las balas suspendieron la vida y el trabajo de Berta Cáceres, activista comunitaria y ambiental hondureña. De acuerdo a la organización irlandesa defensora de activistas de derechos humanos, “Front Line Defenders”, tan sólo en el 2017 más de 312 activistas fueron asesinados. La mayoría de esos asesinatos siguen impunes, y sólo el 12% ha tenido seguimiento de la justicia.
La prensa puede ser una máquina obscura que criminalice a los activistas y que influencie opiniones. Una prensa que sirva a los intereses de sus poderosos anunciantes y dueños jamás será una publicación independiente. Lastimosamente, esa ha sido la norma en Guatemala, por eso, publicaciones como la Revista “EntreMundos” son un vehículo de libertad y son como pequeños territorios que debemos defender y preservar, pues si desaparecen, desaparece con ellos la neutralidad y el balance.
Valeria Ayerdi
Ex editora de la Revista EntreMundos