«EL FERROCARRIL DE LOS ALTOS»: El sueño altense que se convirtió en realidad
Por Christian Díaz
Antecedentes
Hacía el año de 1902, dos grandes fenómenos naturales se presentaron en la Capital de Los Altos, la erupción del Volcán Santa Maria [1] y el terremoto de San Perfecto, que dejaron la Ciudad con notables desastres y pérdidas humanas y materiales.
De esta cuenta surgió en aquella Ciudad la idea de promocionar la creación de un Tranvía Mecánico que proporcionara una poderosa fuente de recursos a la región pensando en unir además a los municipios y departamentos de la región de Los Altos con el beneficio para todos y no solamente para la Ciudad de Quetzaltenango.[2]
Sin embargo, la idea fué tan bien recibida por autoridades locales y por el gobierno que se propuso mejorar la idea de que dicho Tranvía Mecánico fuese mejor un Tren a Vapor, aumentando considerablemente el costo pero así mismo las ganacias venideras. Pero afortunadamente algunos años pasaron para bien y no fué hasta el 15 de marzo de 1911 por medio de solemne Acta Constitutiva que se decidió mejorar aún más la idea central y se acordó formalmente la construcción de una maravilla sin precedentes en la región, un Ferrocarril Eléctrico. El primero de toda Latinoamérica y el segundo de toda América.[3]
De este memorable e inolvidable hecho del 15 de marzo de 1911, nació otro proyecto sumamente importante además de la idea del Ferrocarril de Los Altos…
El 15 de marzo de 1911 en el municipio de San Felipe, departamento de Retalhuleu se firmó el Acta formal[4] por la cual se diera vida al proyecto de la creación del Ferrocarril Eléctrico de Los Altos, acordándose que inicialmente éste tendría un recorrido aproximado de 38 kilómetros desde la Villa de San Felipe hasta la Ciudad de Quetzaltenango y viceversa pero que posteriormente se aumentarían los recorridos a todos los departamentos del suroccidente creando más centrales y estaciones.
Ese mismo año, se decidió que para la generación de los recursos eléctricos y en general para el funcionamiento del ferrocarril debía construirse una represa generadora de energía eléctrica por lo que se procede a construirse la represa de «Santa María de Jesús»[5] en el municipio de Zunil, cuyas turbinas fueron impulsadas por las vertientes del poderoso río Samalá originando otra poderosa fuente de recursos para la región que acrecentó de gran medida la economía del departamento de Quetzaltenango.
El 29 de mayo de 1921 el gobierno a través de la Asamblea Legislativa declaró de utilidad pública y necesidad fundamental la construcción del Ferrocarril de Los Altos, así entonces se firmaron los contratos respectivos con empresas alemanas[6] pioneras en dicha tecnología para dar por iniciada la construcción del proyecto.
Cabe mencionar que para aquella época, el proyecto era sumamente innovador pues en Europa solamente pocos Ferrocarriles existían de este tipo y la región de Los Altos se vislumbraba con un proyecto al nivel de naciones como Austria, Francia, Suecia, Suiza y Hungría.
La construcción de la obra alcanzó los US$8.5 millones,[7] pero se logró gracias a que el gobierno además del apoyo inicial impuso en todo el territorio nacional un impuesto obligatorio de 3 pesos a toda botella de licor consumida y lo recaudado de ésto serviría en su totalidad a la construcción del Ferrocarril.
Ya había contrato, ya había represa de energía, ya se iniciaban las construcciones de los rieles, ya todo comenzaba a tomar forma y entre 1925 y 1927 se inició la construcción del Túnel Ferroviario de Santa María de Jesús, con el objetivo de que sirviera de paso para el Ferrocarril de Los Altos.[8]
[1] De la erupción del Volcán Santa María en 1902 nació el Volcán Santiaguito, volcán que se encuentra activo actualmente y quien provocó con esto la inactivación del Santa María.
[2] Éste es uno de los mejores ejemplos de que la Capital de Los Altos jamás fue aprovechadora, centralizadora ni corrupta pues la idea de este magnífico artefacto era el progreso mutuo de los departamentos de Quetzaltenango y Retalhuleu y posteriormente extenderse al resto de Los Altos.
[3] El Ferrocarril Nacional Eléctrico de Los Altos fue el segundo de América, después del Ferrocarril Eléctrico de la Ciudad de New York, U.S.A.
[4] Entre las personalidades que redactaron y firmaron el Acta se encontraban Carlos Velásquez y Tomás Alejos, Representantes de la Jefatura Política y Comandantes de Armas de Quetzaltenango y Retalhuleu respectivamente. Además del Alcalde de San Felipe Filadelfo Alfaro, así como representantes de la Honorable Corporación de Quetzaltenango como Alejandro Montes hijo, el Inspector General de Trabajos del Ferrocarril de Los Altos y miembros de las municipalidades de San Martín Zapotitlán, San Andrés Villaseca y Pueblo Nuevo entre otros jefes políticos del gobierno.
[5] Actualmente la represa de Santa María de Jesús en el municipio de Zunil, departamento de Quetzaltenango sigue en funcionamiento y continúa siendo un motor económico importante para la región.
[6] Las empresas alemanas contratadas para el proyecto fueron: Empresa Allgemeire Elektricitäts Gesellschaft (AEG) encargada de todo lo relacionado con la parte eléctrica del Ferrocarril y la Empresa KRUPP encargada de la fabricación de los rieles. Además, Alemania había sido el primer país en el mundo en crear un Ferrocarril Eléctrico por lo que el de Los Altos creó muchísima expectativa, misma que se logró cumplir a cabalidad.
[7] En aquel tiempo la moneda guatemalteca y el dólar estadounidense estaban al uno por uno, y tomando en consideración la actual depreciación de la moneda, en aquel tiempo esa cantidad era aún más impresionante.
[8] El Túnel de Santa María de Jesús se encuentra en el kilómetro 280 de Quetzaltenango hacia Retalhuleu y conecta las carreteras de tierra fría y tierra caliente, fué construido por presos comunes e inicialmente tenía un solo carril (para el Ferrocarril) pero luego fué convertido a vehicular y ampliado a dos carriles en 1950. Actualmente es un patrimonio histórico del municipio de Zunil.