Entrevista a Sandra Morán: Lesbiana, feminista, congresista
Foto de portada: YouTube / Convergencia
Por Patricia Schwartz
En enero de 2016 por primera vez en Guatemala, entró al Congreso de Guatemala una mujer que se declara tan lesbiana como feminista. Sandra Morán se acerca a este puesto con una historia larga de activismo radical, empezando con su entrada en el movimiento de izquierda en medio del conflicto armado, -cuando apenas tenía 14 años-, hasta sus propósitos actuales de enfrentar los temas urgentes de derechos humanos que afectan desproporcionadamente a las mujeres, poblaciones indígenas, y personas LGBTQ. Desde su crecimiento en la zona 7 de la ciudad capital, hasta su reciente mudanza a su nueva oficina en la zona 1, ha participado en movimientos y organizaciones sociales y artísticas enfocadas en levantar la voz y el estado de estas poblaciones.
Nos preguntamos, qué significa este evento en el contexto de un país como Guatemala, que tiene la cuarta cifra más alta de femicidio en todo el mundo, en donde una mujer es asesinada cada 12 horas, -según el reportaje publicado en 2015 por La Secretaría de la Declaración de Ginebra- y donde además el 72% de la población LGBTQ han sido víctimas de violaciones a sus derechos a la salud, trabajo y educación -de acuerdo a las encuestas publicadas por Colectivo Amigos Contra el SIDA en 2012-. Por ello, nos animamos a tener una conversación con Sandra Morán Reyes (cuyos títulos además de diputada congresista, también incluyen ser activista historiadora, música, revolucionaria y miembro del partido colectivo social Convergencia), para conocer su opinión política entre “la fuerza de afuera”, las situaciones más apremiantes que enfrentan el país y sus poblaciones más ignoradas, y la importancia de la organización social en estos tiempos.
¿Cuál es su definición de “feminismo”, y por qué piensa que es importante o relevante?
El feminismo es una posición política, una forma de ver el mundo y un conjunto de aportes teóricos que nos permiten comprender las inequidades y desigualdades de poder que existen. Hay varias corrientes feministas, que nos ayudan a comprender las diversas desigualdades que hay, tanto las de clase, las de pueblos como las de género. Nuestras propuestas se han ido construyendo desde las miradas de los pueblos y desde el feminismo más urbano. Es relevante porque me permitirá tener presentes los intereses, las necesidades y los derechos de las mujeres, de los pueblos y de las diversidades que son las excluidas en todo sentido.
¿Por qué es importante abordar los problemas sociales desde una perspectiva feminista?
Porque se ven las cosas de una manera diferente. Es decir, se identifican cómo las mujeres y la diversidad de los pueblos pueden ser afectados, o apoyados con determinadas cosas. Tenemos una visión y comprensión más amplia de la realidad, los pueblos nos dan una mirada más integral, incluyendo la espiritualidad y el universo. Entonces, en la combinación ampliamos en todo sentido.
¿Qué efectos piensa usted que podrían tener logros en las metas feministas para la sociedad en general, tomando en cuenta problemas como desnutrición, la falta de recursos de educación, etc.?
Los problemas de desnutrición, de falta de recursos en la educación y todos los otros problemas sociales también son problemas que las feministas vemos, porque afectan la vida de las personas, de las comunidades y sobre todo de las mujeres y las niñas del área rural y del área urbana, sobre todo a las mujeres mayas y xincas.
¿Cuáles son algunas de los retos más profundos y peligrosos a los que se enfrenta la comunidad LGBTQ en Guatemala?
La violencia, la muerte y la discriminación en el ámbito social, laboral y educativo. Por ello las personas de la comunidad en su mayoría viven su sexualidad en el closet, como una manera de seguridad y de autodefensa.
¿Qué es necesario para abordar estos retos?
Leyes que tipifiquen la discriminación como delito, en principio.
¿Qué significó “salir del closet” en un país donde la comunidad LGBTQ es invisibilizada?
Enfrentar el miedo y las consecuencias de hacerlo. Aprender a vivir y ser yo, no importa las consecuencias y confrontar a las personas con sus sexismos, racismos, lesbofobias, al fin sus miedos e ignorancias.
¿Tiene algún consejo para personas que están luchando en definir su identidad, y aguantando las consecuencias de estar afuera de las definiciones de heteropatriarcado en este país?
Tienen que trabajar con sus propios miedos, estar dispuestas a perder cosas y a ganar otras, sobre todo a sentirse bien como uno es. La homofobia o lesbofobia internalizada es muy difícil enfrentarla, hay que sanarse una misma.
¿Qué metas principales tiene trazadas para su tiempo en el Congreso?
Estamos en la construcción de la agenda, pero el objetivo es contribuir a hacer política de una manera en que sean las organizaciones, las comunidades, los movimientos los que vayan indicando la agenda. Por lo que la agenda en un principio la haremos con los elementos y conocimientos que ya tenemos. Por otro lado, el partido quiere contribuir a avanzar en los derechos de los pueblos, de las mujeres y de las diversidades sectoriales del país.
¿Cuál es la importancia de incluir voces diversas, de las poblaciones tradicionalmente silenciadas en la organización social?
Esa diversidad. Para las mujeres y los pueblos que hemos sido excluidos, usar la voz es una lucha muy fuerte, pero además que validen nuestra palabra, nuestras ideas mucho más grande. Por eso es que tenemos que romper silencios, hacer que se nos escuche y validarnos nosotras mismas. A veces esperamos que otras personas nos validen, incluso en las organizaciones a veces esperamos que sea la líder o líder que valide nuestra voz. Tenemos que validarnos nosotros mismos y saber que nuestra voz importa, que tiene valor. La democracia se tiene que construir en la práctica de la diversidad de opiniones, voces, propuestas, miradas, cosmovisiones y en la posibilidad de construir la complementariedad.
¿Podría darnos una explicación de la historia de formación del Partido Convergencia-CPO-CRD?
Convergencia es el resultado de una estrategia de apertura que el partido Alternativa Nueva Nación realiza luego de hacer una crítica a su forma de actuar en los períodos electorales pasados. La estrategia consistía en abrir el partido a la alianza con organizaciones sociales para que en la contienda electoral las y los candidatos fueran elegidos o nombrados por estas organizaciones. Se comienza a construir la Convergencia por la Revolución democrática CRD y luego la CRD hace alianza con el Consejo de Pueblos de Occidente CPO, que había decidido participar en lo electoral a través de algún partido político que aceptara las candidaturas propias. Finalmente se decide que la unidad de estos tres espacios se llamara Convergencia que expresa la alianza que la conforma.
¿Qué características de Convergencia lo hace distinto de algunos de los partidos más grandes y más conocidos en el país?
Es un partido de izquierda, resultado de alianzas y con participación de organizaciones sociales que están en movimientos sociales y ciudadanos con representación de los pueblos mayas.
Usted ha participado en movimientos “fuera del sistema”, como el Ejército Guerrillero de los Pobres (EGP). ¿Qué la motivó a involucrarse en las políticas adentro de la estructura del gobierno actual?
En la historia de Guatemala ha habido momentos en que se han tomado decisiones sobre cuál es el camino y la metodología de lucha para lograr el objetivo final de mejorar las condiciones de vida de las personas y de los pueblos. En los sesenta, el cierre de espacios políticos ante la represión y persecución de la oposición a los gobiernos militares impuestos por la contrarrevolución en el 54, hizo que los compañeros definieran que el método sería mediante una lucha político militar que permitiera disputar el control del Estado, enfrentando desde campos diversos el ejercito que era el arma de los terratenientes y empresarios que a través de usar el Estado, garantizan sus intereses y matan a la oposición. En ese marco nací y desde muy pequeña me di cuenta de la represión hacia los maestros y estudiantes. Yo crecí en una familia muy católica formada para ayudar a los más pobres, a los más necesitados, buscar la justicia y vivir para ayudar a los demás. En ese marco decidí tomar el camino de la revolución como forma de lograr lo que estaba llamada a hacer para el bienestar de las personas más necesitadas.
A partir de los acuerdos de paz, el método cambio, hay que seguir la lucha por los medios en el marco del Estado de derecho, a partir de las organizaciones sociales, de los movimientos y de los partidos políticos. Yo he estado por todos estos años desde los movimientos sociales, en el marco de la coyuntura a partir del 16 de abril, decidí a principios de mayo aceptar la propuesta de participar como candidata, desde la perspectiva que el momento implicaba un momento de energía revolucionaria y que abría espacios para acciones revolucionarias.
¿Le parece que el Congreso tiene verdadero poder para hacer cambios reales a nivel nacional?
El congreso tiene el poder para hacerlo, pero el modelo económico que está presente no necesariamente es el que los pueblos y las mujeres queremos, ese es el reto, por lo menos poner en discusión las diferencias y las propuestas.
Vimos mucha organización social el año pasado. ¿Por qué piensa que ahora es el tiempo para este tipo de movimientos, y qué necesitamos hacer para aprovechar de esta energía como catalizador?
Lo del año pasado fue una expresión ciudadana espontanea, cansada de tanto robo y tanta mentira. Fue muy importante. Pero la fuerza no estaba en la organicidad, estaba en la espontaneidad y en el ejercicio ciudadano personal que en la suma se volvía colectivo. Los movimientos tradicionales, no teníamos el mismo ejercicio político, porque no era la misma forma. Los pueblos fueron bienvenidos y eso fue muy importante. Por ello hay que continuar con el mensaje y a partir de allí construir otras formas organizativas que no implique estructuras, sino implique acuerdos, objetivos comunes y la libertad de actuar de diversa manera. El “debe hacer así”, se acabó, hay diversas formas, todas son valiosas y aportan.
En su opinión ¿Cuáles son las herramientas o métodos más útiles y necesarios para la organización social hoy?
Hay que estar claros en para qué se organizan y desde que raíz se hace, es decir, la lucha política no solo está en los partidos políticos, está en la lucha personal, familiar, comunitaria y de país. El ejercicio de la ciudadanía y de la soberanía es lucha política y esta la podemos hacer en todos lados. Hoy no necesitamos estar organizados, estructurados e institucionalizados, necesitamos ejercer la ciudadanía desde donde vivimos y en donde trabajamos. La colectividad es un movimiento con el compartimos los sueños, el ejercicio ciudadano. Tenemos que construir movimiento y no solo organizaciones. A veces las organizaciones se institucionalizan tanto que no pude entrar nadie, hay mucha agente afuera que no encuentra un espacio para participar.
¿Cuáles cree que son los requisitos para empezar y mantener un movimiento social con éxito? ¿Qué consejo les daría a las personas que buscan organizarse?
Organizarse es un derecho, pero no es fácil, depende para qué lo haces. La organización es necesaria para todo, para protestar, para defenderse y para construir alternativas a lo que vivimos. Hoy necesitamos organizarnos tanto como organizaciones o como comunidades, que nos permita incluso crecer en la colectividad y romper el individualismo que poco a poco ha entrado en la mente de las personas, no importa de qué edad sean y de qué pueblo.
¿Cuál es su opinión sobre educación sexual integral? ¿Hay temas que piensa usted que son importantes que los jóvenes aprendan?
La sexualidad como una expresión de la vida, como la energía vital. La sexualidad como ejercicio vital del ser humano, un ejercicio que debe ser responsable, informado y decidido. La sexualidad como expresión del ser, como forma de relacionarte con vos misma, con otras personas y sentar bases de interrelación respetuosa y placentera.
¿Qué motiva a Sandra a levantarse todos los días?
Contribuir a cambiar las cosas, a avanzar, a confrontar lo que nos oprime, visibilizar y denunciar. Compartir la vida con la familia y las amigas y compañeras.